domingo, 19 de abril de 2020

36º día de confinamiento.

No solo les pusieron una multa al abuelito, a la abuela y a Geooorge, una por barba, sino que se los llevaron al cuartelillo a pasar la noche. Me enteré por una llamada de teléfono que me hicieron desde la comisaría. - Perdone ¿usted es un municipal? - No señora..., - Señorita, si no le sabe mal. - Como usted quiera. - Yo, por querer, quisiera un bisnieto para mi abuela... ¿No le interesaría el puesto de Padre del Bisnieto?

No me contestó pero le escuché hablar con un compañero. - Está como una chota la tía ¡valiente familia! Quiere que le haga un bisnieto. - Será un hijo. - No, no. Me lo ha dicho muy claro. Lo quiere para su abuela. - ¿La centenaria de la mini falda? Hay que ver como afecta a las mentes la cuarentena...

En vista de que no sacaba nada en claro, colgué el teléfono y llamé a Bedulio. - Le conté lo de la detención de los abuelitos y el mayordomo. - ¿Y qué quiéres que haga? - Que los saques de allí. - ¡Ni que yo fuera el Ministro del Interior! - Y me colgó.

- Pascualita, no hay nada que hacer. Vamos al balcón. - Estuvimos un buen rato esperando a los vencejos pero no se presentaron. Los del otro día serían una avanzadilla de la migración.

No me podía quitar de la cabeza la escena de mis abuelitos encerrados en una lóbrega mazmorra junto a un lloriqueante inglés que ya no sabía si era europeo o no.

En plena meditación un bocinazo me hizo volver a la realidad. Justo debajo de casa, bien aparcado, estaba el rolls royce con Geoooorge al volante. Detrás se pararon dos motos de la policía. Uno de ellos me llamó. - ¡Oigaaaaa! ¿Es usted la nieta de esta gente? - ¡Del inglés, no!

El caso fue que se me terminó la buena vida. Los abuelitos han quedado confinados ¡en mi casa! y Geooorge también, claro. - Quedan bajo su responsabilidad. - ¡¿Queeeeeee?! ¡Ni hablar! ¡¡¡OIGAN. NO SE VAYAN!!!

Pero se fueron con sus motos a otra parte.

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