viernes, 18 de septiembre de 2020

¡Ay, Señor, que cosas me pasan!

 Tuvieron que venir los bomberos. El balcón, la maceta con la flor más grande del mundo, Pascualita y yo, caímos a la calle en cuanto éste se hundió bajo el peso del tiesto. Menos mal que la rama del árbol de la calle más cercana a casa evitó que diera con mis huesos contra la acera. Me sujetó y bajó, lentamente, hasta dejarme en los brazos varoniles ¡de un bombero!

¡Aayyyyyy! que poco dura la alegría en casa del pobre. Los curiosos que se habían congregado en la acera de enfrente, aplaudían a rabiar ¡a la rama! que saludaba con una elegancia innata imitando a la Reina de Inglaterra. Y al bombero que esbozaba una tímida sonrisa. Yo no quise ser menos y levanté un brazo triunfante ... que tuve que bajar a toda pastilla para detener el abucheo que me dedicaron.

Para remate, la Cotilla apareció a mi lado acaparando al locutor de la tele cuando iba a preguntarme cualquier tontería. La Cotilla se hizo cargo de la entrevista: - La conozco de toda la vida y es más tonta que un adoquín. Su pobre abuela que, de pobre no tiene nada, tiene una buena cruz con ésta nieta...

De repente, toda la atención se desvió a la monumental flor que yacía maltrecha y casi cubierta de tierra. Alguien dijo que llamaría a los de Libro Guinnes de los Records - ¡Me darán un pastón! (dijo el listo) - La Cotilla, a la que le gusta estar en misa y repicando, plantó el pie sobre los grandes pétalos como hizo Cristóbal Colón cuando descubrió América y dijo: ¡Esto es mío!

Se armó un guirigay al que pusieron fin Bedulio y sus compañeros municipales. Hubo multas a troche y moche por no llevar mascarilla, ni guardar las distancias, ni lavarse las manos - ¡Pero es que aquí, en la calle, no hay lavabos! - ¡Ajo y agua! (dijo Bedulio mientras seguían escribiendo imperturbables)

A ver qué hago yo ahora sin balcón. La Cotilla me ha dado una solución que puede arreglar mi maltrecha economía: - Pon un letrero que diga que a quién quiera ver la acera por un agujerito (¡Que guasa tiene la jodía) SOLO le costará ¡un euro! - Mañana lo pruebo.

 



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