lunes, 28 de septiembre de 2020

Nuevo negocio a la vista.

 He ido a la tienda de los chinos del señor Li a comprar semillas de banderas. - Mi no tenel eso. Tu sel tonta. Bandelas no plantal en maceta. - ¿Cómo que no? Lo he visto en la tele... - Tele tuya sel tonta también. - Pues se veía un pradito lleno de banderitas sembradas en la hierba. - ¡Eso es lo que tú tomal ¡hielba! Plonto tu vel elefantes losas volando, boba de Colia.

- ¡Oh, no! Por ahí si que no paso. Boba de Coria solo me lo dice la abuela y la Cotilla. Nadie más. - Ahola yo también.

Tuve que irme de la tienda para no montar un conflicto político chino-mallorquín. 

Una vez en casa me asomé a balcón. Cuando el Seguro venga a arreglarme el agujero del balcón ya no hará falta porque el árbol de la calle sigue extendiendo sus ramas y ya casi no se ve la acera. Hay que reconocer que el árbol es un buen vecino.

Pascualita empieza a recuperar la calma y se la ve feliz en su nuevo acuario. - ¡Avemariapurísimaaaaaaaa! - La Cotilla se ha quedado mirando el acuario mientras movía, negativamente, la cabeza. - No he visto una cosa más tonta que "esto" - Yo sí: sus altares dedicados a los Amigos de lo Ajeno. - ¡Uep! no te metas con lo sagrado que vamos a terminar mal. - Esto, por lo menos, es ecologista pero lo suyo... - ¡Me estás dando una idea! Ahora mismo voy a hablar con el señor Li. - Y salió dando un portazo.

Media hora después, volvió con una botella de chinchón: - Vamos a brindar por un nuevo negocio. ¡Serás mi socia! - ¡Que bien! ¿A partes iguales? - El 70% de las ganancias para mi y para tí el 30%. Piensa que la labia y el transporte es cosa mía. - ¿Y de qué va el negocio? - ¡Venderemos algas a los chinos! Ya puedes ir sembrando más matojos de esos en el acuario. 

No supe qué decir, así que nos dedicamos a brindar por el éxito del negocio hasta que acabamos la botella y olvidamos el porqué de tanto brindis.

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