lunes, 16 de mayo de 2022

La Cid Campeadora.

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaaaa! Hoy es mi día de la suerte. Mira lo que he encontrado en la calle: una caja llena de calcetines sin estrenar ¡y de colorines! - Cotilla ¿no le da vergüenza, con la edad que tiene, ir por ahí robando todo lo que se le pone a tiro? - ¡Hey! ya estás retirando esa fea palabra. - ¿Cuál? ¿Edad? - No te hagas la lista que sabes de que te hablo. Al final tendré que lavarte la boca con salfumán como vuelvas a llamarme ladrona. ¡Me has ofendido! - No puede ofenderse si le digo la verdad ¿Dónde estaba la caja de los calcetines? - En la calle. En medio de la acera...  Abandonada. Si eso es robar, que venga Dios y lo vea

- ¿Llamo al señor Li para preguntarle si le falta mercancía? - ¿Para qué vas a molestarlo...?  - ¡Lo ve! Se los ha llevado por la patilla y delante de la Mafia China. Tiene usted más valor que un torero. - Pero si la caja estaba a dos metros de la tienda de los chinos ¿Cómo va a ser de ellos?

Sonó el teléfono. Era el señor Li preguntando por la Cotilla. - Ahora se pone (dije) - La vecina perdió el color de las mejillas y ganó un tembleque en las manos. Estuvo escuchado atentamente y en posición de firmes, lo que decía el señor Li. Al final soltó un ¡¡¡YUJUUU!!! que me desconcertó.

Sentadas en la salita, con una jarra de chinchón on the rocks  a mano, la Cotilla brindó por la batalla ganada: - Dice el señor Li que todos los meses, el día 15, dejará algo para que me lo lleve a casa como si estuviese perdido. Pero SOLO me llevaré eso. Nada más. ¿Te das cuenta, boba de Coria?¡Soy la CID CAMPEADORA de la Era moderna!

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