lunes, 27 de junio de 2022

Dónde las dan, las toman.

He llamado al trabajo diciendo que no iría a trabajar porque me había caído un armario ropero encima del dedo gordo del pie y no me cabía ningún zapato y además, me dolía mucho. Pero creyeron que era un cuento chino: - Pues ven descalza. Es verano. - Pero si no puedo dar un paso. Mi dedo es enorme. - La secretaria, siempre a favor del jefe, dijo: - A no ser que el dedo sea más grande que un perro pekinés, ya estás tardando en venir . - ¡Ja! Ya quisiera yo que tuviese ese tamaño... ¡Es como un perro labrador de alto! - Y le mandé una foto.

Me contestó: - ¡HALAAAAAA! - Poco después me escribió: - Tu dedo ya es famosísimo ¡tiene casi un millón de likes!

La que no levanta cabeza es Pascualita desde que perdió su estatus de faraona del Antiguo Egipto. Vuelve a vivir en una garrafa de plástico a la que le he cortado la parte de arriba.

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaa! ¡Ostras! ¿Eso es un dedo? ¿Dónde lo has metido, boba de Coria? ... ¿No será en la bocaza del árbol de la calle. Esa que tu dices que canta la Traviata? jajajajajajajaja Anda, cuéntame lo que te ha pasado que tengo mucho interés en ello. - ¿En serio le interesa, Cotilla? (me estaba emocionando) - ¡Claro! no veas como nos reíremos esta noche cuando lo cuente en los descansos del trapicheo.

No me pude contener. Tenía a mano el improvisado acuario y cogí a la sirena despertandola, bruscamente, de una de sus siestas y se la tiré a la cara.

Ahora la Cotilla duerme a las puertas del coma etílico pues para que dejara de gritar y que lo ocurrido desapareciera de su memoria, le di una botella de chinchón sin estrenar... Miro su nariz y me digo que más de un elefante quisiera tener ESA TROMPA jijijijiji...

No hay comentarios:

Publicar un comentario