domingo, 5 de junio de 2022

Mal vamos.

 En el Paseo del Born he coincidido con la abuela y Andresito que iban a la búsqueda del libro del Juez Castro, del caso Noos. Y sabiendo del pie que cojea mi segundo abuelito, me ha extrañado. - Me alegra ver que has evolucionado (le dije) Creía que no querías verlo ni en pintura después de llevar a los ex duques de Palma al banquillo de los acusados.

- ¡No me lo recuerdes! Aún siento vergüenza ajena. Y lo del libro es cosa de tu abuela. - Quien tuvo, retuvo y guardó para la vejez ¡AAAAAAAAYYYYYYY! (dije en honor a la abuela pero no me dejó acabar la frase y me arreó una colleja que hice palmas con las orejas. - ¡¿Qué he dicho?!... (pregunté, aturdida)... ¿No será por lo de la... (me aparté de ella) ¿... la vejez? - "A buen entendedor pocas palabras bastan, boba de Coria"

Los árboles del Paseo del Born son plataneros y como tales están orgullosos de su compañero y vecino mío, el árbol de la calle, por su azaña, sabida por todos, de cruzar hasta la acera de enfrente.

En cuanto me reconocieron fueron juntando sus copas para acorralarme y freírme a preguntas: - ¿Cómo fue? - ¡Es un héroe vegetal! - Dicen que todo lo hace bien. - ¡Por lo visto canta de maravilla! - ¡Que suerte tienes de que sea él quien proteja tu hogar! - ¿Ah, sí? ¿Creeis que tengo suerte de tener la casa llena de hojitas, a todas horas?. ¿O de aguantar durante horas interminables, sus canciones a voz en grito que no me dejan escuchar la tele...? 

De repente el ambiente festero cambió y el mal rollo se instaló a mi lado: - No está hecha la miel para la boca del asno. - Cientos de hojitas cayeron sobre mi con si fuera una intensa nevada verde. - Eres un mal ejemplo para un ser tan valiente como el árbol de la calle ¡Date presa, boba de Coria!

Huí del lugar corriendo, sin pensar que el camino estaba lleno de plataneros que montaban guardia en ambas aceras y no dejaron de tirarme sus características bolas hasta que me encerré, a cal y canto, en casa.

Y para rematar la faena, el termo de los chinos ¡estaba abierto y vacío!

Llamé a la abuela: - ¿Pascualita...? - "Está conmigo. Voy a ver si se la presento al Juez"                                                               

 

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