domingo, 12 de junio de 2022

¡Que vienen los turistas!

 - ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaaaaa! - La Cotilla entró en casa y vació sobre la mesa del comedor, el contenido de su profundo bolso. Salieron a la luz cosas diversas y sorprendentes pero lo que me llamó la atención fue la cantidad de carteras que llevaba. - ¿Y esto? - No te lo vas a creer pero las he encontrado en la calle. Sembradas en las aceras. - Pues es cierto, no la creo ¿Quién siembra carteras y en las aceras nada menos.

- No estas al tanto de las noticias y así te va. Ha sido el Ayuntamiento porque faltan chóferes de taxis y autobuses. Palma, mi hermosa ciudad, está muriendo de éxito por empacho de turistas. - ¿Qué va a hacer con tanta cartera? - Sacar los carnets de conducir, trapichear con ellos ésta noche y mañana habrá más chóferes con trabajo.

La voz profunda del árbol de la calle rebotó por las paredes de la casa: - ¡FALTAN TAXIS Y AUTOCARES! - ¿También? - Y ENFERMERAS, MÉDICOS, MAESTROS Y MAESTRAS. FALTAN... - ¡Alto ahí! (dijo, enérgica, la Cotilla) Una cosa después de otra. Iré partido a partido ¡No tengo una varita mágica para arreglar las cosas en un santiamén!

Los comensales de la Santa Cena, que llevaban dos mil y pico de años aburridos sin pegar un palo al agua, decidieron por unanimidad, ponerse a trabajar aunque fuera llevando coches, artefactos que, ni existían ni se les esperaban cuando ellos se presentaron a esa taberna a cenar.

Llamaron a la puerta: - ¡NO ABRAS! (gritó la Cotilla pero la orden llegó tarde) Lo que pensé que era una manada de elefantes furiosos que entraron en tropel, alocadamente y gritando frases incoherentes en lenguas extranjeras, eran turistas que  pululaban por Palma en plan Invasores del Espacio. - ¿Quién nos hará la cama? (preguntaban) - ¡VOLVEEEEEEED¡ OS LA HAREMOS NOSOTROS! (se ofrecían los hoteleros)

Mientras la Cotilla y yo perseguíamos turistas para ponerlos de patitas en la calle, unas largas colas de temporeros de la restauración formaban largas colas dando la espalda a los hoteles y cantando el eslogan: ¡¡¡PROLETARIOS, SI. ESCLAVOS, NO!!!

La sirena, mientras tanto, seguía disfrutando de su faraónico acuario.

 

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