lunes, 20 de junio de 2022

Se deja ver.

Hace unos días, la abuela se armó de valor acuciada por una curiosidad morbosa y vino a casa acompañada, como no, por el mayordomo inglés, Geoooorge, cargado con los avíos de una paella de marisco del caro. 

- ¿Añoras a Pascualita... o a mi? - "¿Perdonaaaaaa? ... Vengo en busca de información y de constatación" - Espera, voy a tomarme un chinchón on the rock porque con éste calor no te entiendo nada. - "Quiero saber si es verdad lo de la elegancia de tu primer abuelito y para constatarlo, tengo que verlo" - ¡No me digas que quieres ver a tu ex marido! al que finiquitásteis la Cotilla y tu! - "Menos lobos, Caperucita. ¿estabas tu allí? ¡Pero si no estabas ni programada! Anda, llámale y saldré de dudas.

Pero no hizo falta que le dijera nada porque el muy pillín llevaba un buen rato flotando sobre la cabeza de la abuela. - Jijijijijijijiji Te está vigilando...

La abuela se persigno a la velocidad del rayo: - "¡¡¡Jesús, María y José!!! - ¡Avemariapurísimaaaaa! Holaaaa... huelo a gambas frescas de Sóller... hummm ¡Habrá paella! (la Cotilla estaba entusiasmada y me encargué de amargarle la fiesta. - La abuela quiere ver a su ex tal como la veo yo a usted ahora mismo.

La Cotilla palideció y para no desentonar, también lo hizo Geoooooorge: Mi no gustar esto... (dijo, metiéndose en la cocina y cerrando la puerta con llave) 

Hablé con el abuelito mientras la cristalera del balcón se abría de par en par para que los de fuera no se perdieran detalle de lo que ocurría dentro. Una vez expuesto el motivo por el que la abuela quería verlo y a pesar de que estaba más guapo que un San Luis, desapareció un momento para cambiar el sudario por otro más espectacular y ¡¡¡TACHANNNN!!! su imagen se reflejó en el espejo del aparador.

Llevaba la Vía Láctea por sudario, con los planetas, satélites, cometas, etc., etc., etc. yendo de acá para allá entre una sucesión de cambiantes y espectaculares crepúsculos y amaneceres. 

Aplaudimos a rabiar gritando: - ¡¡¡TORERO, TORERO!!! - mientras la abuela lloraba por los rincones, quejándose: - "Lo que me he perdidooooo, buaaaaaaaaaaa!" y la Cotilla corría con la energía de una chica de veinte años, escaleras abajo

No hay comentarios:

Publicar un comentario