martes, 28 de junio de 2022

Sentimientos encontrados.

La Cotilla piensa y con razón, que nos ha "picado" el mismo bicho pero ¿cuál? - ¿No viste cuando te hizo lo del dedo? - No... quizás sea transparente... - ¿A ver si ha sido tu primer abuelito? Como dices que se pasa los días en ésta casa. - El no mordería a su nieta aunque sí a quién ayudó a mandarlo al Más Allá. - ¡Quita, quita! ¡Lagarto, lagarto! (y cambió de tema)

Mi primer abuelito, que estaba a dos palmos sobre la mesa del comedor, se dio por aludido: - Tengo sentimientos encontrados respecto a tu abuela y la Cotilla. Si no me hubiesen finiquitado no conocería a mis amigos modistos y a cantidad de cerebritos de todos los tiempos que me saludan como a un igual. Tu abuela no se hubiese casado de nuevo, no conocerìa al amor de mi vida etérea y eterna: tu bisabuelastra La Momia.

Lanzó tal suspiro que las cortinas se levantaron medio metro del suelo como si soplara el aire en la calle. La Cotilla tuvo un escalofrío y perdió el color: - ¿Está... aquí...? - Sí. - Y antes de que saliera corriendo tuve tiempo de gritarle: - ¡La ha perdonado! 

- ¿En serio? - Eso me ha dicho... - ¡Eh! (gritó el abuelito) he dicho que tengo SENTIMIENTOS ENCONTRADOS, nada más. O sea, encontrados pero no resueltos, nena.

Miré a Pascualita que daba vueltas y más vueltas, despacito, en el interior de la triste garrafa de agua. Yo tambièn tenía sentimientos encontrados con ella y decidí que si el abuelito podía demostrar un poquito de perdón yo podría hacer lo mismo con la sirena y así me ganaría un lugar en el Paraíso, conocería a los grandes mosdistos y  me harían unos sudarios tan guays como le hacen a él. Y no lo pensé más.

Cogí una jofaina de cristal, en realidad es la claraboya de la puerta de una lavadora grande. La llené de agua de mar, le puse arena y algas, el barco hundido. Pegué el trozo de jeroglífico donde decía Nefertiti (que había guardado) y metí a Pascualita que no cabía en sí de gozo. Poco a poco, volvió a nadar derecha, con la cabeza erguida y toda la majestad de una reina de Egipto... que había aprendido la lección.

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