domingo, 10 de julio de 2022

Invasores.

La semilla de jazmín de Madagascar no vino sola. El alcorque del árbol de la calle se ha llenadode  pequeñas y etéreas bailarinas que se mueven mecidas por la brisa que sopla del mar ésta mañana.

El platanero está ufano. No cabe en sí de gozo. Se siente importante al haber sido elegido por esos pequeños y delicados seres. Canta sin parar y yo me pregunto: ¡¡¡¿QUE HEMOS HECHO LOS DEMÁS PARA MERECER ÉSTE TORMENTO!!! - ¡Calla ya, jodío! - le he gritado desde el balcón pero no creo que me haya oído. Me rio yo de la voz de Plácido Domingo, madre mía.

Mientras la Cotilla y yo comíamos un plato de fabada de bote. a través de las cataratas de sudor que corrían por mi cara, me fijé que una bailarina se había instalado en el cuadro de la Santa Cena. - ¿Qué hace ese bicho ahí? (preguntó la Cotilla, que también la vió) - Es una semilla. - Me da a mi que se están tomando muchas libertades... - Que mal pensada es usted. - Piensa mal y acertarás, dice el refrán.

De la cocina me llego la voz de Pepe el jibarizado, algo cambiada. En lugar del OOOOOOO de siempre, decía algo así: - ¡OOOOOCHISSSSSS! - Pensé que era raro que una cabeza decapitada se constipara y fui a ver qué le pasaba. Una semilla de jazmín de Madagascar se había instalado en su ojo-catalejo y le hacía cosquillas con sus plumitas. Un considerable caudal de líquido caía desde su estantería hasta el suelo llenando el suelo de la cocina... ¿moco o lágrimas?

A media mañana una furgoneta de Parques y Jardines se paró a contemplar el alcorque del árbol de la calle atestado de semillas. - Menuda invasión turística tenemos éste verano en Palma. Esto está a tope. Cuando nos demos cuenta, en lugar de éste árbol crecerán jazmines de Madagascar y estaremos encantados hasta el verano que viene. cuando nos demos cuenta de que ya no tendremos la sombra del platanero.

 

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