viernes, 29 de julio de 2022

Resultados del incendio.

Por una vez los vecinos me han dado la razón. - La nieta tenía razón (comentaban horas después de que se hubiera apagado el incendio que organizó la Cotilla al prender fuego a todas las velas, velitas y velones que encontró) - Bueno, bueno... tampoco me fiaría mucho de esa. Un día la escuché hablar con el árbol que hay junto a su balcón. - Quien esté libre de pecado... - ¿A qué viene eso? - Pues que tu hablas, gritas y te enfadas con la tele. - ¡Mi marido también! 

Luego los comentarios se decantaron por los que "tuvieron la suerte de salir en el telediario local" - Mi cuñada me llamó para decirme que ya podría haberme quitado las pinzas del pelo ¡Que jodía! Si hubiese sabido lo que iba a pasar... - ¿Os fijasteis en el Cuerpo de Bomberos? - ¡Toma, no! Este año compraré del Calendario sí o sí.

En casa aún sigue cayendo agua a la calle de la que se usó para apagar las llamas. Hubo unas cuantas bajas entre las bolas de polvo... ¡snif!... A Pompilio lo vi correr a esconderse bajo la lavadora con un calcetín, que no era mío, en las manos. 

Pepe el jibarizado está en schok. Las llamas le recordaron a las que había bajo la olla en la que lo guisaron sus captores. El pobre hipa entre O y O.

Los comensales de la Santa Cena pensaron que, por fin, comerían algo aunque fuera a la brasa pero, su gozo cayó en un pozo al recibir el cuadro el manguerazo de un bombero.

El árbol de la calle sintió muy cerca el calor del incendio y puso a todos los gorriones que lo habitan, a hacer pipí a modo de cortafuegos. Dice que eso fue lo que los salvó... De ilusión también se vive. 

¿Y Pascualita? Junto al nombre de Nefertiti de su acuario-puerta-lavadora, bailó una danza muy sensual como solo las medio sardinas saben hacer, implorando al dios Amón que lloviera a mares y así fue en cuanto llegaron los bomberos, enchufaron las mangueras hacia casa y la cristalera se abrió de par en par como una valiente.

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