jueves, 14 de julio de 2022

La Cotilla tiene un problema.

 Sonó el teléfono. Era el señor Li. - Hola, boba de Colia. ¿Estal señola Cotilla en tu casa? - Pues, no... - Y colgó. Poco después estaba en mi rellano. - Yo venil a vel si sel veldad que señola Cotilla no estal aquí. - ¡Pero si antes le he dicho que no! - Pelo yo no cle.el polque tu decil mentilas a mi. - ¿Yooooooo? ¿Cuándo? - Decil a Li que no tenel gambas goldas aquí ¡y sí  tenel!

La conversación estaba tomando unos derroteros que no podían traer nada bueno y cambie el tema: - ¿Para qué quiere a la Cotilla? ¿Qué le ha robado ésta vez? - Yo quel.lel que tlabajal pala mi. - Vaya... - Así ella no lobalme más y vigilala a otlos ladlones polque ella también sel chivata. - ¿Y le va a pagar por eso? - ¡Cla.lo! - Le advierto que yo también sé chivarme, señor Li.

Pero no me hizo caso. El quería a la Cotilla. Las hay con suerte. 

Cuando vino a comer le dije que el señor Li quería hablar con ella. - ¡Que pesado! Está empeñado en pagarme un buen sueldo y estoy cansada de decirle que no. - ¡Por qué, alma de cántaro! - Sabes que me gusta recoger las cosas que la gente deja olvidadas cerca de las tiendas y si trabajo para él, no podré hacerlo ¡y se lo llevarán otros! 

Entonces se me encendió la bombilla: - ¡Y Hacienda sabrá lo que gana! y tirando del hilo sabrá que tiene un piso-patera en invierno que se convierte en turístico en verano ¡y no cotiza...! - ¡Calla, jodía, que te van a oir! - Y del que yo no saco tajada y encima vive gratis aquí. 

De un tirón le quité el plato de fabada asturiana que se estaba comiendo. - ¡Venga, desfilando hacia el 4º piso y deme las llaves de MI CASA!

Fue a protestar pero no la dejé. Tampoco hizo ademán de levantarse de la silla pero la escuché murmurar: -  Ya sabía yo que el señor Li buscaba mi ruina ay, ay, ay...Pero si no tengo edad de trabajar, le dije... 

Mientras recogía la mesa me llegó la voz de la Cotilla, fuerte y clara, desde la salita: - Date prisa, nena, que empieza el Tour ¡y trae el chinchón on the rocks que la fabada me ha dado sed!.

Pero ésta mujer... de qué va.


 

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