sábado, 23 de julio de 2022

Por ayudar...

Estoy refugiada en casa, sin poder salir al balcón, porque una pareja de gorriones me ha declarado la guerra. Sobre todo ELLA. Menuda pájara está hecha la muy jodía.

Y todo por ser amable y hacer lo que hubiera hecho una persona de bien como yo. Vi que habían puesto un huevo sin haber terminado el nido. - Pobrecitos (me dije) - Y salí a comprarles un nido prefabricado. Lo coloqué en la rama donde viven, lo llené de ramitas y puse el huevecillo en todo lo alto.

Sintiéndome más feliz que una perdiz por la buena obra hecha, entré en casa para celebrarlo con un chinchón on the rocks y al salir, de nuevo al balcón la citada pareja, en vuelo rasante, me atacó como si fueran misiles... Ahora tengo un ojo morado.

Miré el nido ¡estaba vacío y las ramitas esparcidas por la acera. - ¡¿Qué ha pasado aquí?! (me pregunté en voz alta) - ¡Eres una metementodo! (gritó el árbol de la calle) ¿Te han invitado a decorar su hogar? ¿No, verdad? Pues vive y deja vivir. ¡Que disgusto les has dado a la parejita. - Era por ayudar...

Ahora estoy en casa, con la cristalera y las ventanas cerradas y sudando la gota gorda. Que suspicaces son esos pájaros... y los demás. Todos protestan por el calor que hace. Hasta Pepe el jibarizado le caen las gotas de sudor por el ojo-catalejo - ¡¡¡OOOOOOOOOOOO!!! (dice, enfadadísimo)

En lo alto de las cortinas del comedor, mi primer abuelito me aconseja que solvente la situación con los gorriones o no volverá hasta que lleguen los fríos. - ¡Hace más calor aquí que en el Infierno! - ha dicho antes de desaparecer mojado de sudor como un pollo.

Finalmente, y a sabiendas que debo doblegar mi orgullo a pesar de tener razón, he sacado un pañuelo blanco para parlamentar y en son de paz. La discusión ha siso larga y hemos llegado a un acuerdo que me va a salir caro. He prometido que no me inmiscuiré en la vida de los gorriones y que ¡todas las mañanas tendrán ensaimadas para desayunar! ¡Me voy a arruinar! Y encima, tengo la sensación de que el Juez, o sea el árbol de la calle, no ha sido imparcial pero ni tanto así ¡Ah,! y encima, tengo que escucharle toooodos los días cuando cante como hace ahora con El negro zumbón: ¡Ya viene el negro zumbón, bailando alegre el bayón, replica la zambomba, llama a su mujeeeeer..... ¡Teeeeeeego ganaaaas de bailar el nuevo compás...

 

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