martes, 26 de julio de 2022

Que poco aguante tiene el árbol de la calle.

¡Tengo cerebelo y yo sin enterarme! Pensaba que el árbol de la calle, que fue quién me habló de él, se equivocaba y quería decir cerebro y, como siempre está fardando de sabelotodo ¡Lo que me he reído! - No, mira, se dice así C.E.R.E.B.R.O. jajajajajajaja ¡No es tan difícil, cooooñe! 

Llegó un momento en que, harto, el árbol dio un golpe contra la acera con parte de sus raíces y tembló el edificio donde vivo. - ¡Vale, vale. Tampoco hay que ponerse así, jolines! 

 Poco después, en la radio dieron la noticia de que se había producido un seísmo de poca magnitud pero que se había sentido en Palma, concretamente en la barriada de Pere Garau y una finca había bailado boleros sin querer hacerlo: - Claro que (seguía la noticia) es un lugar donde suelen pasar (dicen) fenómenos paranormales. Hemos enviado a un corresponsal al lugar pero ha dicho que, con éste calor no está para sustos y ha solucionado el problema hablando con el Municipal Bedulio que lleva años sufriéndolo en sus carnes.

El sufrido agente ha preferido no alarmar al vecindario, que ya está curado de espantos, diciendo: - Mejor cambiemos de tema porque mis nervios me pedirán la jubilación antes de hora y no quiero perder dinero. - Pero... ¿la finca ha bailado o no? - Entonces ha llegado la respuesta más inesperada por parte del Municipal: - Vaya a la finca y pregúntele a ella. - ¿Quién es ella? - ¿Quién va a ser ¡La finca!

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