sábado, 16 de julio de 2022

L"La joya"

La Cotilla salió de "su cuarto" como ella dice, blandiendo un librito: - ¡Mira lo que he encontrado, boba de Coria! ¡Una joya! - ¿Dónde estaba? - En uno de los cajones del cantarano de tu abuela. - ¿Y quién le manda mirar en cantarano ajeno? - El aburrimiento. - Si es una joya ya me lo está dando porque será familiar. - Familiar sí que es. Pero no te la devolveré hasta que haya hecho una copia. - ¡Menuda jeta!

No hubo manera de que diera su brazo a torcer y yo estuve a un tris de retorcerle uno. 

Ya, harta de hablarle de la propiedad privada, conseguí que me dijera qué era el tal "tesoro" - Tus notas del colegio. ¡Eras un ceporro! - ¡¿QUÉ?! 

Quedé estupefacta, momento que la Cotilla eligió para salir por pies escaleras abajo.Solo el choteo general me sacó de mi estupor. La cristalera se abría y cerraba entre carcajadas. El árbol de la calle cantaba a voz en grito: ¡Tonta, pelá, que te pican los mosquitos, dile a tu mamá que se compre un sombreritooooo. Ya me lo ha comprao y me está chiquitito ¡¡¡TONTA, PELÁ!!!

La que más parecía disfrutar era Pascualita que, ponièndose en plan Reina-faraona.Nefertiti, hacía gestos de degollarme entre salto con doble tirabuzón en su acuario-puerta-lavadora y vaciado de agua sobre el suelo del comedor.

¡Maldita Cotilla, hoy más que nuncaaaaaaa!

 

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