Aprovechando que la abuela ha venido a casa he aprovechado para preguntarle: - ¿Qué ha sido de aquellas tormentas de verano, llenas de truenos y relámpagos? - "Y yo qué sé ¿Me has visto cara de Mujer del Tiempo?" (después sonrió a Pascualita y la medio sardina le correspondió con una mueca horrible ¡Y estaban encantadas!
Como nadie me hacía caso, insistí sobre mi recuerdo de la infancia: - ¡Que miedo me daban aquellos truenos! Y tú, venga rezar a Santa Bárbara y tapar con mantas los espejos para que los rayos no se reflejaran en ellos y se colaran en casa... - "¿Yo hacía eso? ¡¿YOOOO?!" - Sí. ¿Cómo es posible que no te acuerdes? - "Será porque nunca miro atrás ... No es mi estilo."
Y con aires de Reina de Saba, entró en su antiguo cuarto, abrió los cajones del cantarano y estuvo rebuscando en ellos bajo la atenta mirada de la sirena.
En vista de que no encontraba lo que andaba buscando, me preguntó a grito pelado: - ¡HAS METIDO LA MANO EN MIS COSAS, NENAAAAA! - Yo no. Pero de la Cotilla no respondo.
Huy la de sapos y culebras que salieron de su boca centenaria contra su amiga de siempre. Yo estaba encantada y no paraba de arrojar leña al fuego: - Puede que lo que buscas ya no esté aquí porque es la reina del trapicheo...
De repente un grito: - "¡Lo encontré!"
Era un paquete envuelto en papel de periódico más antiguo que andar pa'lante. Al abrirlo se desparramaron sobre la cama un montón de cintas de diversos colores: - ¿De qué son, abuela? - "Trofeos de chicos que me rondaron a mis quince años" (dijo con voz entrecortada por la emoción)
Conque NUNCA MIRA ATRÁS ¿eh?
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