lunes, 18 de septiembre de 2023

UNA TARDE DE VERANO.

Pascualita y yo hemos dormido la siesta como está mandado pero ha sido descafeinada. Le faltaba la emoción de la Serpiente Multicolor. Y eso que el sueño ha sido profundo. La sirena hasta se ha comido una mosca (espero que yo no) 

Me lo ha dicho Pepe el jibarizado. A él se lo ha contado el comensal de las treinta monedas de la Santa Cena. Por lo visto está pensando en invertir ese dinero en un negocio rentable y ya lleva tiempo preguntando a unos y otros sin decidirse.

Pepe le propuso viajes a su tribu. Son de riesgo, pura aventura y si te comen, te han comido. Ahí está la gracia. Pero no terminó de verlo claro cuando supo que había que ir en avión... porque nunca ha visto ninguno. - La culpa es de la nena (¡claaaaaaro! ¿de quién si no?) que nunca me ha enseñado uno (dicen que dijo) 

El árbol de la calle propone que traslade el cuadro a su copa. - Tendrá buenas vistas de aviones, helicópteros y drones. -  Hay un pero... el que ponen el resto de los comensales con los que el de las treinta monedas no había contado. Dicen que qué se les ha perdido a ellos en la copa del árbol. Si han podido estar tan ricamente más de dos mil años en el cuadro, para qué van a cambiar.

La sirena y yo debemos pasar el "mono" ciclista... Tal vez con doble ración de chinchón of the rocks. Pascualita acaba de levantar ¡TRES deditos! - Ni hablar del peluquín, media sardina, que el precio se ha puesto por las nubes.

 

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