lunes, 2 de julio de 2018

De vuelta a Palma.

¡Lo que sudamos para quitarle el Torico a la Cotilla! Se defendía como gato panza arriba. - "Hay que devolverlo o no nos dejarán salir de la ciudad!" - ¡Ni hablar! A ésto le saco treinta euros por lo menos, en una noche de trapicheo. - Tenemos los billetes para mañana y no podemos perderlos, Cotilla ¡Que suelte el toro le digo, coñe!

No había manera de hacerla entrar en razón y optamos por la vía drástica. En plena pelea por la posesión de la pequeña estatua, la abuela echó a Pascualita sobre su amiga. Harta ya de tanto grito, la sirena se agarró con fuerza a la cabeza de la Cotilla y en un santiamén, la dejó pelona a base de tirones y mordiscos. Entonces sí que sus gritos se escucharon hasta en el hall del hotel. 

La Cotilla corría como una posesa, saltando sobre las camas, pisoteando el sofá. Nosotras corríamos tras ella, gritando: - "¡¡¡PARA YAAAAAAAAA, JODÍA!!!" - Finalmente le hice un placaje y rodamos por el suelo. En ese momento arranqué a Pascualita de la oreja donde se había sujetado con los dientes de tiburón, para no caerse.

El alarido fue espectacular. Enseguida le dimos chinchón a morro y acabó dormida como un bebé mondo y lirondo. Nosotras fuimos al Ayuntamiento a entregar el símbolo de Teruel. Nos lo agradecieron infinito. Alcalde y concejales no paraban de hacernos reverencias e invitarnos a todo evento festivo que se celebrara ese año.

No faltó, sin embargo, el personaje desconfiado. El tío de colmillo retorcido que quiere saberlo todo al dedillo y no ceja hasta lograrlo. - Perdón, señoras... jejejejejeje ¿dónde han dicho que han encontrado al Torico...jejejejejeje

No lo habíamos dicho, evidentemente. Ni siquiera nos lo habíamos planteado y no teníamos respuesta que dar. - "Pues... el caso es que lo encontró mi nieta... ¿verdad, Nena?" (¡La madre que la parió! pensé) - Creo que sí... - ¿No sabe si la encontró usted misma? jejejejejejeje - ¡Claro que lo sé! ... pero no conozco los nombres de las calles... - Descríbamela. - ¿A quién...? - A la calle, o el sitio. Diga lo que recuerde jejejejejeje - El listillo me estaba poniendo a cien. - ¿No le basta con que lo hayamos traído, caballero? Pues, hale, pónganlo en lo alto de la columna y aquí paz y después gloria.

Cogí a la abuela del brazo, levantamos la cabeza y muy dignas, salimos a la calle a que nos diera el aire, que menudo sofoco llevábamos.

Esta mañana, al salir del hotel con las maletas, nos han avisado que nos esperaba un coche para acompañarnos hasta Valencia para tomar el avión de regreso a Palma. - "¡Que amables son ustedes!" (la sonrisa de la abuela era esplendorosa) - No ha sido cosa nuestra, sino del Ayuntamiento... - "¡Oh, dele las gracias a la Corporación en pleno, de nuestra parte! Seguro que nos han puesto un rolls royce ... " - Es la guardia civil. - ¿Cómo... dice? (dije yo) - El Alcalde ha dicho que será más seguro para la ciudad que la guardia civil no las pierda de vista hasta que su avión despegue con ustedes a bordo.

Y así hicimos el viaje de vuelta. Claro que el pobre guardia civil al que le tocó acompañarnos, no olvidará ese día porque la abuela se pasó todo el trayecto sonsacando al pobre hombre: - "¿Está casado, guardia? ... ¿Tiene novia?... ¿ah, no? Vaya... - ¿Qué le parece mi nieta? ... Tiene menos años de los que aparenta... ¿no me cree? ¡Nena, saca el DNI! ... ¡Anda, se lo ha dejado en casa jajajajajajaj! ¡¡¡Que graciosaaaaaaaaaaaaaa!!! ... ¿Le gustan los niños? ... ¿Sí?... A mi los bisnietos...  Mi nieta quiere tener uno... Hijo, no. Bisnieto... ¿Cómo que bisnieto no?... ¿No será usted gay?... ¿Seguro?...

Y así siguió la abuela hasta que subimos al avión y el guardia civil cayó redondo al suelo. ¡Nunca más! les dijo a sus jefes ¡¡¡NUNCA MAS!!!

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