lunes, 9 de julio de 2018

¡Menuda jueza!

La Cotilla me ha dejado bien claro que, antes de pagarme lo que me debe, prefiere arder en el Infierno eternamente. - Por lo menos estaré calentita y no tendré que pagar la bombona de butano para la estufa.

La abuela se ha presentado en casa, entronizándose en una butaca de la salita como si fuera el Magistrado Jefe de la Audiencia Nacional: - "¿No te da vergüenza querer cobrarle a una pobre mujer que lucha todos los días por sobrevivir?" - ¡Ya te ha ido la Cotilla con el cuento! - "No me ha dicho nada" - ¡Y ahora voy yo y me lo creo! - "Cuidado con lo que dices porque puedes incurrir en desacato a la autoridad" - ¿Qué autoridad, abuela? - "¡Ni abuela ni leches! Llámame Señora magistrada" - Has empezado pronto a darle tientos a la chinchón... -  "¡Es la segunda vez que la llamo al órden!" - ¿Qué he dicho?...

Si siendo una abuela al uso, ya es pesada. En plan jueza suprema no hay quién la aguante.

De repente se levantó, fue a por Pascualita y la colocó sobre el florero. - "Durante los juicios, los antiguos egipcios colocaban cerca del juez la figura de la diosa de la Justicia, Maat, para que les ayudara a ser justos. En su lugar pongo a Pascualita y así mato dos pájaros de un tiro: me sirve de talismán y aprende lo que tiene que hacer cuando vuelva a su hábitat y se le presente un caso peliagudo como el que nos ocupa." - ¡Te ocupará a ti! Yo lo que quiero es cobrar.

- "¡Esto ya pasa de castaño oscuro! ¡¡¡FUERA DE AQUI!!!" - ¿De dónde? - "¡De este palacio de Justicia! ¡¡¡LARGOOOOOOO!!!" - ¡¿Me estás echando de MI CASA?! - "Sí. Y pasará a ocuparla la ofendida de éste caso..." - ¡Que soy yo! - "¡No! La Cotilla. Que es insolvente y tu quieres aprovecharte de ella"

Me parapeté tras el sofá y blandí la escoba: - ¡Nadie me sacará de aquí! ¡Mi casa es mi Castillo! - ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaa! Se os oye desde abajo... - La Cotilla nos miró a las dos. - ¿Qué hacéis?

Con una velocidad de reflejos, que no se espera en una mujer de la edad avanzada de la abuela, se metió a la sirena en el bolsillo del vestido sin que la Cotilla se percatase del movimiento.

- "Ensayando la obra de teatro que vamos a representar los millonetis de mi barrio para celebrar la llegada del Verano" - ¿Ah... sí? (pregunté, incrédula) - ¿Podré ir a verla? (preguntó la Cotilla) - "¡Ni hablar! Las carteras estarán llenas de euros y se gastarán para una buena causa: la Asociación de los Amigos de los Lirones Caretos" Todos los años, por éstas fechas, que es cuando más se duerme la siesta, nos acordamos de esos animalitos tan dormilones y les compramos un montón de sacos de comida... Aaayyyyy ¡mirad, se me pone el vello de punta de la emoción!"

- ¡Nena llama al médico y trae el chinchón! A tu abuela le ha atacado el virus de la tontería supina.

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