domingo, 22 de julio de 2018

El paso.

Estaba muy oscuro cuando ha sonado el teléfono. - ¿Hummm...? - "¡Nenaaaaa! ¿No me digas que dormías? Mira que te gusta la cama... Oye, que Andresito ya está mejor. Estando en El Funeral, bailando salsa, ha decidido borrarse de su Partido y vivir tranquilo... ¿Qué te parece?" - ¿Hummmm...? zzzzzzzzzzzzzzz - "¡¿Te puedes creer que tu nieta se ha vuelto a dormir?! ¡Me va a oír ésta!... ¿Qué la deje en paz? Eres un calzonazos. Se lo permites todo y luego hace lo que le da la gana ¡A éste paso ni tendré bisnieto ni perrito que me ladre!"

Nada más sentarme a desayunar, la abuela entró en casa como un elefante en una cacharrería - "¡¿Vas a comer?! ¡Menudo cuajo tienes! Tu abuelito va a dar un paso importante en su vida, te lo cuento y te duermes ¡Que poca sensibilidad!" - Era muy tarde... - ¿Tarde? Acabábamos de llegar de El Funeral... serían las cuatro y media de la mañana" - Madrugada, abuela... - "¿Madrugada, mañana? qué más da eso cuando tu abuelito va a dar un paso trascendental... - ¿Que paso? ¿El de la oca? jijijijijijijiji - "¡Va a dejar de pertenecer a su Partido de toda la vida!" - Pues bueno... pues, vale... pues me alegro... ¿Qué pasa? A mi no me afecta, abuela. - "¿Verdad que quiéres la Torre del Paseo Marítimo? Pues ganatela"

Esa misma tarde invité a la bisabuelastra y al abuelito a merendar ensaimadas con helado de almendras en una cafetería de las de toda la vida. Llevaba veinte euros en la cartera. Al llegar al local la sangre me bajó a los pies. En la puerta me esperaban la Momia, los dos cubanitos culito-respingones, Andresito, la abuela, la Cotilla y Bedulio. - ¿Entramos, nena? (dijo la bisabuelastra) ¡Que ilusión me hace que nos invites!

Mientras el camarero tomaba nota de tooooodo lo que le iban pidiendo, yo sudaba a mares. Para remate, la abuela llevaba a Pascualita en plan broche enganchado a la blusa ibicenca. Con un hilo de voz temblorosa le pregunté: - ¿Qué hace aquí... tanta... gente? - "Yo vengo con mi marido y mi suegra ¿lógico, no? La Momia con sus inseparables cubanitos ¿lógico también, no? A la Cotilla y a Bedulio lo hemos encontrado por el camino y como casi son de la familia, les he dicho que vinieran. Lógico y normal ¿no?"

- No... no me basta el... dinero, abuela... - "Eso se piensa antes de invitar" - Solo eran... dos... - "¡Egoísta!" - Iré a casa a por más... si es que hay. - ¿Te vas, nena? (preguntó el abuelito) Pediremos dos botellas de cava... a ver si me acabo de decidir... es que son  muchos años con ésta gente...

Al salir a la calle me temblaban las piernas. De repente un ramalazo de rabia me sacudió y volví a la cafetería. Me acerqué a la cajera y le dije: - Todo lo que tomen en esa mesa va a cargo del Partido Pinocho. Y me senté a merendar con los míos tan ricamente.

No hay comentarios:

Publicar un comentario