domingo, 29 de julio de 2018

Todo lo bueno se acaba.

En casa estamos todos de capa caída... La tristeza nos embarga y no levantamos cabeza... ni Pascualita. La pobre se ha dado cuenta de que algo muy gordo va a pasar y se muestra meditabunda, escondiéndose entre las algas del fondo del acuario como un alma en pena...

Pena es lo que me da vernos así. ¿Qué será ahora de nosotras? ¿cómo vamos a sobrevivir a las sobremesas... ? ¿Nos sentará bien el chinchón on the rock como hasta ahora? Decisiones, como la que se ha tomado sin contar con el pueblo soberano, deberían ser sancionadas con penas muy duras por parte de los jueces. ¿Cómo puede darse por terminado el Tour sin consultar a los aficionados que lo vemos desde casa?

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaaaaa! Traigo velas... por lo menos me entretendré montando un altar de categoría para mis héroes y camaradas en el duro oficio de llegar a fin de mes, pese a quién pese. - ¡Ni hablar! Si está aburrida se echa en agua pero a ésta tropa de sinvergüenzas no se les adora en mi casa. - ¡¿Cómo puede ser tan mal hablada?! Y mira que tu abuela te llevó a los mejores colegios de Palma, donde ella limpiaba, para que escuchases a través de las puertas y aprendieses la esmerada educación que se le daba a aquellas niñas.

- "No se cómo podéis discutir. A mi se me ha quitado hasta el hambre" - ¿Y eso? (exclamó, preocupada la Cotilla) - "Pues, no sé. Ha sido acabar de comer y notar que  no me apetecía nada" - Sí que es raro, sí...

Nos sentamos en la salita y pusimos el Tour de Francia. Solo de pensar que ya no lo veremos hasta el año que viene, se me saltan las lágrimas. ¡Con lo bien que se duerme la siesta mientras los ciclistas sudan la gota gorda por esas carreteras de Dios.

- A partir de mañana ya no dormiremos la siesta a pierna suelta... ¡snif! ... - "Aaaayyyy, no empieces con los pucheros que nos harás llorar a todas, boba de Coria" - Mientras nosotras nos lamentábamos, París se mostraba en la pantalla, soleada y hermosa. Intenté dormir pero la presión, la ansiedad, me tenían desvelada. A la abuela y la Cotilla les pasaba lo mismo. Y a Pascualita, escondida en el escote de la abuela, le era imposible cerrar los ojos... cosa que, por otra parte, no hacía nunca porque no tiene párpados...

De repente, en la tele alguien habló de Agosto... Vuelta Ciclista a España... Y como un resorte, saltamos de nuestras butacas ¡Nos habíamos olvidado de la Vuelta! ¡Oleeeee, óle y óle! ... Y, como por arte de mágia, nuestros párpados se cerraron y no se volvieron a abrir hasta que los ciclistas corrieron la última vuelta al circuíto urbano de París.

No hay comentarios:

Publicar un comentario