lunes, 23 de julio de 2018

¡Por poco me pillan!

Sonó el teléfono: - Nena ¿pagaste la cuenta el día de la invitación, verdad? - ¡Claro! ¿Por qué lo preguntas, abuelito? - Porque dicen en mi partido que es tuya. - ¿Cómo pueden saberlo? - Porque les conté lo que habíamos tomado y... es lo mismo. - ¡Menuda casualidad! - Así que... dices que pagaste ¿a toca teja? - A euros.

Cuando la abuela entró en casa se me figuró un toro de lidia a punto de embestirme y mandarme a lo alto de las andanadas de la plaza. - "¡No pagaste el convite!" - ¿Cómo que no? - "¡¿Cuándo?!" - Al volver con el ... dinero. - "¿Por qué titubeas?" - ¿Está prohibido? - Han acusado a Andresito de cargar al Partido la factura de una merienda familiar ¡Justo lo que tomamos nosotros!" - Algo me ha dicho ... ¿Creéis que fui yo? - "¡Si!"

Los sudores de la muerte recorrieron mi espina dorsal ¡Me han descubierto y acusan al abuelito de algo que no  ha hecho pero que, la mayoría de ellos, están hartos de hacer! Si digo que he sido yo me acusarán de corrupta ¡y eso nunca! Si no digo nada las sospechas recaen sobre un inocente... ¡En mala hora se me ocurrió invitarlos!

Al quedarme sola les planteé mi problema a Pepe y a Pascualita. - ¿Qué hago? - Pepe, con su silencio, decía que me declarara culpable. - ¿Y si me decapitan como a ti? ¡No quiero ser un llavero! - Pascualita, en cambio, hizo la señal de OK que, traduciéndolo quería decir ¡a lo hecho, pecho! Eso  es lo que voy a hacer.

Sonó de nuevo el teléfono: - Hola, nena. Soy tu bisabuelastra, cariño. Estoy tan contenta del detalle que tuviste que, no te ofendas, pero me sabe mal que tuvieras que pagar una factura tan gorda. Así que he mandado a uno de mis cubanitos culito-respingones, a tu casa. Te dará un sobre con el importe total de la factura. - Pero... pero... - ¡No digas nada! El detalle me encantó.

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaaa! Nunca pensé que hiciera lo que voy a hacer ¡Toma! (me dio un sobre) Hoy se me ha dado muy bien la "limpieza" de los cepillos de las iglesias. - ¿Qué es, Cotilla? - Te pago mi parte de lo que tomé en la merienda ... Abusamos de ti, lo reconozco, pero tu cumpliste como una señora. - Gracias...

Bedulio se acercó a casa. - ¿Pasas? - No. Ten, esto es para ti. Mi parte correspondiente de la merienda... Nos pasamos siete pueblos pidiendo.

¡Menudo día! El mes que viene los invitaré otra vez jajajajajaja Aunque lo que me llegó al alma fue recibir el dinero, integro, de la factura de parte del abuelito - Con lo poquito que ganas y lo que abusamos de ti, nena. Y encima, en el Partido, acusándote a través de mi, de corrupta. Eso me ha decidido ¡y me he dado de baja!... No comentes nada con tu abuela. - Descuida.

Me he juntado son un capitalito. ¡Quién me lo iba a decir! Y todo gracias a Pascualita que ha sabido aconsejarme ¡Que sabia es la sirena!


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