viernes, 27 de julio de 2018

La Cotilla tiene la solución.

He llamado a la abuela - ¡Pon las Noticias. Rápido! - "¿El programa de la  Esteban?" - Noooo. Las Noticias Locales. - Un rato después me llamó. - "¿Y ahora qué pasará?" - No sé... Nosotras no debemos abrir la boca sobre éste tema. - "De acuerdo"

"Este tema" era lo siguiente. Se había encontrado, en la playa de Can Pere Antoni, una gaviota con un extraña y enorme malformación en una de sus patas y ahora los científicos estudian a qué es debido. Están, casi, convencidos que la culpa de esta monstruosa mutación es de los cruceros que amarran en el Dique del Oeste y se pasan el día echando humo por sus chimeneas. Esto hace que se acabe formando una "boina" de gases tóxicos sobre una vasta zona de la ciudad. Si esto es así, cabe esperar que en los días siguientes aparezcan más malformaciones en animales, quizá también en plantas y posiblemente ¡Dios no lo quiera! en las personas.

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaaaaa! ¿Has oído las noticias? - Toda la mañana, Cotilla y siempre hablan de lo mismo: líos, líos y más líos - Me refiero a lo de la gaviota. - ¿Más corrupción todavía? - De una gaviota de verdad, coñe. - Pues no... - Los científicos están haciendo cábalas sobre el fenómeno pero no aciertan ni una. - No me extraña. No reciben dinero del Gobierno, están apurados y aún así, hacen virguerías... - ¡Que sí, que sí! Pero las únicas personas que sabemos  lo que ha pasado somos tu abuela, tú y yo... y tu primer abuelito. - ¡¿Qué me dice?! - Lo que le pasa a ese bicho en la pata es lo mismo que me pasa, de vez en cuando, en las tetas. ¡Lo mismo!

- ¡Que exagerada, Cotilla! - Tu porque eres tonta, sino te darías cuenta de que tengo razón ¡Ahora mismo me voy a la Universidad y les desvelo el secreto: ¡el ánima de tu primer abuelito es el culpable! - La tomarán por loca... - ¿Por qué? Les daré la solución y puede que me paguen una buena gratificación. - Pero si no tienen dinero para sus investigaciones. - Que hagan una recolecta entre los científicos... - Mientras hablaba, iba camino de la puerta de la calle. Entonces le dije: - No sé si a mi primer abuelito le gustará que desvele sus secretos... Puede llegar a ser muuuuuuy peligroso.

La Cotilla dudó un momento pero después reanudó la marcha - ¿A quién no le gusta se hable de él? Estará encantado... - Yo no iría... - ¡No seas agorera! Necesito el dinero para llegar a fin de mes... - No vaya... - ¡Calla!

Iba a abrir la puerta cuando, procedente del comedor, se escucharon unos ¡¡¡PLOOOOOOF!!! seguidos de la rotura de un vaso al estrellarse contra el suelo. La Cotilla dio un salto y corrió como alma que lleva el diablo, escaleras abajo. - Insistí. - Yo no lo haría... - ¡¡¡Yo tampocoooooo!!!



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