lunes, 29 de octubre de 2018

Consecuencias del cambio de hora.

Entre que la abuela me ha llamado a las tantas de la madrugada y me ha tenido un buen rato al teléfono hablándome de... de... de algo sería pero no recuerdo nada salvo que tenía mucho sueño, y que no se me ocurrió cambiar la hora a los relojes de casa, he ido perdida todo el día.

He llegado pronto a todo los sitios. La mayoría de las tiendas aún no habían abierto ante mi extrañeza. Por eso mi subconsciente me ha jugado una mala pasada y le he dicho a un barrendero que si no le daba vergüenza ser un esquirol - ¡Esquirol lo será tu padre! (me ha contestado muy chulito él) - ¡Quien se pica, ajos come! (le respondí) - ¿A qué viene esto? (preguntó mientras seguía con el ceño fruncido) ¿Me he metido contigo? - Es muy feo romper una Huelga que se hace en apoyo de los trabajadores. ¡También va por ti, desgraciado! (yo iba embalada)

El barrendero, boquiabierto, se dirigió a otros transeúntes que pasaban junto a nosotros para preguntarles: - ¿Hoy hay huelga? - ¡¡¡Huelga General, atontao!!! (gritaba yo, toda cargada de razón) - ¿Qué huelga? - ¿Cuándo es la huelga? (preguntó otro que pasaba por allí) - Mientras, yo seguía a lo mío: - ¡¡¡Huelga General, esquirol de las narices!!!

Poco después la calle era un hormiguero de gente gritando y lo que es peor, metiéndose unos con otros a costa de la huelga y las ideas de cada cual. Fue tal el guirigay que se montó que alguien acabó llamando a la policía. - Otro gritó: - ¡¡¡Llamad a una ambulancia que le han roto la espinilla al esquirol!!! - ¡Le está bien empleado! - ¡Salvajes!

Un hombre somnoliento, comentó con otro: - Estos cambios de horario van a acabar conmigo... Me descentran el metabolismo y no volveré a ser persona hasta dentro de unos días. - A mi me pasa lo mismo, llevo dos días arrastrando los pies...

Un timbre escandaloso repiqueteó en mi cerebro: ¡¡¡Alarma, alarma, alarma!!!

Mientras los municipales aparcaban sus motos, reconocí a Bedulio y como si se abriera una pantalla gigante ante mis ojos, recordé que había habido cambio de hora. Por eso las tiendas estaban cerradas aún... No había huelga. ¡no había huelga! ¡¡¡NO HABÍA HUELGAAAAAAA!!!

¡Y eché a correr!

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