martes, 2 de octubre de 2018

El crimen de la Catedral.

Bedulio quiso salir corriendo pero no le dejé. La abuela y la Cotilla se colocaron detrás de mi y fijaron la vista en el pobre Municipal hasta hacerlo sudar la gota gorda. - "¿Alguien ha hablado de mi bisnieto?" (la voz de la abuela era amenazante) - Es tema... lo ha sacado su nieta... Yo venía por otra... cosa... El crimen de la Catedral.

Quedamos embelesadas - "¡Oooooooh, me encanta el título!" - ¡Y a mi! - ¡A mi también! - Bedulio sacó pecho - Se me ocurrió a mi.- Luego se dirigió a la Cotilla - De modo que es usted la asesina... - ¡Uep! ¿quién ha dicho esto? ¡Es un falso testimonio! - El dedo índice del Municipal se levantó
 para señalarme - ¡Lo ha dicho ella! - ¡¡¡MENTIRA COCHINA!!! (grité)

- No le hagas caso que es más tonta que un adoquín. ¿Crees que pude meterlo, yo sola, en la pila bautismal, boca abajo para que se ahogara? - ¡¿Qué me dice?! Si lo encontré acostado en uno de los bancos de la Catedral... - Te estoy hablando del crimen propiamente dicho... ¿Pude luego sacarlo de la pila y ponerlo en el banco? ¿Tu me has mirado bien?

- Bedulio repasó el cuerpecillo arrugado y canijo de la Cotilla. - No... No. - La abuela, queriendo ayudar y orgullosa de su amiga de toda la vida, apostilló. - "¡Huy, eso es que tu no la has visto cuando lleva una botella de chinchón entre pecho y espalda ¡Es el increíble Hulk en femenino!" - Bueno, no exageres jajajajajaja que no hay para tanto. - "¿Qué no? quién tuvo retuvo. ¡Si en los años cincuenta del siglo pasado te llamaban la Sansona de Palma!. La plaza de toros se llenaba cuando ella actuaba..." - ¿También fue torera, Cotilla? - ¡Que va! Los toros me tenían miedo. Lo que hacía era arrastrar con los dientes, un camión con los frenos puestos, o romper con las manos un listín telefónico ¡y más cosas!

- "Esa fue una de las causas por las que se quedó soltera. Los chicos huían de ella y los que no lo hacían se los quitaba yo" - Entonces... ¿se declara culpable? - ¡Que no, hombre! Que manía te ha entrado. - Pues alguien lo ha hecho... - ¿O no? ¿seguro que era agua bendita lo que había en la pila? - Ahí no miramos... - Era chinchón porque mientras "limpiaba" los cepillos me llegó el olor y lo probé. Alguien lo puso ahí y como el hombre era un borrachín, se tiró de cabeza, se noqueó y se ahogó. - ¿Por qué lo pusieron en el banco, entonces? - Muy sencillo. Para poder beber a gusto. El muerto ocupaba casi toda la pila... Ay, Bedulio, con lo listo que parecías...

- Bueno ¿y quién lo mató? - Se suicidó ahogándose en chinchón... ¡snif!... Me emocionó ante una muerte tan bonita... ¡snif!..

Por más que insistió, Bedulio no les sacó nada más. Mientras  bajaba la escalera la abuela le preguntó: - " Oye ¿cómo habéis quedado con lo del bisnieto?"

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