miércoles, 2 de enero de 2019

Muñequitos colgados de los balcones.

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaaaaa! Vengo reventaaaaaada. La gente es una descuidada. Menos mal que estoy yo aquí para enderezar entuertos. Y vengo mosqueada porque mi trabajo, ni es visto ni agradecido. No me ha llegado ni una triste tarjeta de Felicitación, ni del Ayuntamiento, ni del Consell, ni del Govern... - ¿A qué viene eso? - Pues a que el mundo está muy mal repartido. Hacen hijos e hijas Ilustres a personas con menos merecimiento que yo y de mi no se acuerda nadie. ¡Pues voy a empezar a cobrar por mis desvelos a mi Ciudad!

Me acerqué a la Cotilla para olerle el aliento porque no entendía de qué iba su discurso y eso solo podía deberse a la chinchón. Pero, aparte de un olor a ajo frito que tiraba para atrás, el chinchón no lo oli.

- ¿A quién quiere usted cobrar? - A la Comunidad Balear. - ¿Por qué? - Por límpiar fachadas, ventanas y balcones... - ¡Miedo me da! ¿Cuándo dice "limpiar" se refiere a algo así como lo que hace con los cepillos de las iglesias? - ¡Eso es! Me lo has quitado de los labios, boba de Coria. - Entiendo que no trabaja de limpiacristales. - ¡Por supuesto que no! - ¿Entonces?... - ¡Vaya por Dios, se te acabó el fuelle con lo bien que ibas!

La abuela entró en ese momento. - "Vengo de ver a Bedulio. El pobre está desquiciado. He dejado con él a mi suegra para que le amenice la estancia en el Hospital. Y eso que él no quería pero, estoy segura, de que lo decía con la boca chica jejejejejeje" - Has hecho bien, abuela. - Una lagrimita corrió por sus mejillas, pintadas al óleo parecían. - "Es que, en éstas fechas, hay que regalar un poco de alegría y comprensión a los que sufren... snif..."

Se acercó al acuario desde el que Pascualita, amuflada entre las algas, se estaba enterando de todo... o de nada como yo. - "¿Quién ha traído éste saco?!" - ¡Servidora! (gritó la Cotilla mientras levantaba un dedo como en el colegio) Está lleno de cosas que la gente deja colgadas por ahí... - Vació el saco en el suelo del comedor - ¡¡¡PERO SI SON REYES MAGOS Y ALGUN PAPA NOEL, COTILLA!!!

Después del soponcio que me dio al ver aquello, nos sentamos en la salita con la botella de chinchón sobre la mesa de centro y Pascualita, en plan broche, prendido del jersey de angorina, color naranja fosfi, de la abuela. - ¡¿Cuándo tirarás ese horror de broche?! - "Cuando las ranas críen pelo, Cotilla. Me lo regaló, allá por los años veinte, Juan Rodrígo ¿Te acuerdas de él? - ¡Como no. El novio que me quitaste porque a su padre le salía el dinero por las orejas. - "Cualquiera que te oíga diría que yo era la típica calienta braguetas que se llevaba la mejor pieza del instituto. Y no es eso. Lo hice por lástima. Tu eras un muermo entonces, Cotilla y el chico, más feo que Picio, necesitaba un revulsivo que le alegrara las pajarillas ¡Y allí estaba yo!" - ¡Ya me has amargado el día! - Pues aproveche para devolver todos estos muñequitos a sus dueños como penitencia por tener las manos tan largas, Cotilla. - Me miró de arriba abajo y suspirando, dijo: ¡¡¡QUE CRUZ TENGO CONTIGO!!!

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