viernes, 29 de marzo de 2019

Cuentos de vieja.



Hay que ver el enfado que tienen aún, el abuelito y Geoooorge a cuenta de la caldereta de langosta. Y, sobre todo con la abuela que los puso a parir ¡ni que fuesen Luis Candelas! llamándoles ladrones y otras lindezas por el estilo cuando, quedó claro que no habían sido ellos quienes se comieron las sobras. - Si por lo menos lo hubiésemos catado no me hubiesen caído tan mal las ofensas (me dijo Andresito) ¡Y encima, me he enterado de que llevo una cornamenta XXL!

No sé cómo va a salir de ésta la abuela. Y la Cotilla sigue metiendo el dedo en la llaga a la menor oportunidad. - "¡Nena, te prohibo que dejes entrar a ésta traidora en tu casa!" - ¡No es tu casa, de modo que no puedes prohibir nada! - "¡Te cogere de esa birria escatimada de melena que tienes, te arrastraré, te subiré a tu piso y harás balconing con mi ayuda, por bocazas!"
 Menos mal que no va conmigo  Me considero Territorio Neutral, algo así como Suiza en plan familiar. Lo malo es que todos se han quedado a vivir en mi casa ¡¿Y qué culpa tengo yo?!
En cuanto me levanto le preguntó al primero, o primera, que veo ¿cuándo os váis? Pero no saben darme razón. Acabaré considerándolos okupas ¿y a ver dónde voy yo luego?... ¡A la Torre del Paseo Marítimo, claro! ¡¡¡POR FIN SERÁ MÍA!!!

Me he llevado a Pascualita a dormir la siesta en mi cuarto. Le gusta revolcarse sobre las mantas. Está resultando ser una sibarita. Encojo las piernas y la siento en lo alto de las rodillas,  Desde allí me escucha, atentamente, mientras le cuento alguna trola: - Hoy entraremos por el tubo del Pasado. A ver qué encontramos... ¡Vaya, una pirámide enorme! ¡Claro!, es una cuidad de Gigantes y la pirámide una pieza del juego de Construcciones.

El juego viene completito: hay dinero, sobres, políticos corruptos; policías corruptos que protegen a los corruptos; jueces corruptos que amparan a los corruptos bajo sus togas. Y naturalmente, las piezas del juego. Hay dos opciones: ser corrupto o no. Por lo visto siempre gana la primera opción. El jefe del pueblo juega y pierde, juega y pierde, hasta que, ya harto de que se rían de él, elije ser corrupto y ¡empieza a ganar!

Pascualita se harta de hacer la señal de OK porque también se ha pasado al lado oscuro ¡Bueno! ¿Y qué? en algo tiene que entretenerse el angelito marítimo. Y ya que es un juego de mentira, también me pasaré al otro bando, a ver si empiezo a ganar de una vez.

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