viernes, 15 de marzo de 2019

La nueva "taxista" de Pascualita.

A Pascualita le va la marcha. No ha aprendido nada de su aventura vivída estos días atrás y que casi le cuesta la vida. En cuanto ve que me preparo para salir, salta del acuario a la mesa del comedor y levanta los bracitos. Así que voy todo el día con el termo de los chinos colgado del cuello.

Tengo que ponerle freno a tanto capricho porque hay sitios a los que no conviene que venga por si la descubren, Pero si le digo que no, me enseña la dentadura de tiburón en clara amenaza. Y esto no debo consentirlo. ¡Pero si es un microbio patógeno la media sardina de las narices! A ver si va a poder más que yo.

Ha venido la abuela y, como de pasada, le he contado lo que hace Doña Caprichos. Inmediatamente se ha  puesto de su parte - "¡Que no me entere yo que dejas sola a la pobrecita! ¿No ves que sigue traumatizada? Eres más insensible que un bloque de cemento." - Pero es que... - "¿Me has oído bien, verdad? Pues ¡ojo! que peligra para ti la Torre del Paseo Marítimo." - Esta mujer sabe bien cuál es mi punto débil.

Así que estoy de taxista de madame Sirena.

Para rematar la jugada, si le digo que no, me señala con sus dedos palmeados, la foto de boda de la abuela que está encima del aparador. ¿Pero de qué Infierno ha salido este bicho?

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaaaaaaa! Me ha dicho tu abuela que habéis discutido ¿Qué le has hecho? - ¡Nada! Y a usted no le importa si discutimos o no. - Cierto, no me importa que discutáis, lo que quiero saber es de qué trataba la discusión. - ¡¡¡Cotilla, más que Cotilla!!! - ¿A que ha sido por Pascual? ¿A qué sí? - No dudé en contestarle. - Pues mire, sí. Ella quiere que lo saque a pasear... - ¿Tú abuela? ¡Que raro! - Eso digo yo. - ¿Te quiere endosar a su querido? - Pues... no sé qué pensar. ¡¿Por qué no lo saca usted?! - ¿Yooooooo? Pero si no lo conozco...

Corté la conversación ofreciéndole unos chinchones. Estuvimos viendo a la Esteban y a la Cotilla se le fue el santo al cielo. Más tarde, después de una reparadora siesta, la vecina se fue a sus trapicheos...Y, sin saberlo, se llevó a Pascualita a pasear cuando le dije antes de salir: - Llevese la cantimplora que hace calor. (me miró sorprendida) Por si le da la sed...

Después de pasar el resto de la tarde en la gloria, sin sirena que me amenace, la Cotilla llegó a casa con unos labios tan abultados que apenas podía respirar: - ¡¡¡UN XINXON, FENAAAAAAA!!! ¡Fabía un ficho en la fantimplora y me ha fordido al feber aaaaaaaaaayyyyyyyyyyyyyyyyyyyy, FEEE, FOLOOOOR!

                                                                            

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