viernes, 12 de abril de 2019

Abuela ¡quiero ser escritora!

Tras escuchar una escandalera de pitos por el mal aparcamiento del rolls royce, la abuela entró en casa y yo aproveché para contarle a qué iba a dedicar mi vida de aquí en adelante: - ¡Voy a ser escritora! - A Geooorge, que venía cargado con garrafas de agua de mar, se le escapó la risa tonta. Lo fulminé con la mirada pero no se dio por enterado. - "Mira que bien" - ¿No te entusiasma? - "No siento ni frío ni calor... ¿Y?" - Escribiré la vida de Pascualita.

La abuela se sirvió un chinchón on the rocks y se repantingó en el sofá de la salita. - "¿Acaso te la ha contado ella?" - Noté la ironía en su voz. - No. Pero tengo imaginación. - "¡Ah! perdone su excelencia"

- Verás... Nació en la isla de Elefantina, en las aguas del río Nilo, cuando los faraones poblaban la Tierra... - "¡Alto ahí, boba de Coria! El Nilo es agua dulce, cosa que le sienta tan mal a la sirena como la kriptonita a Supermán. Y quienes poblaron la Tierras fueron los dinosaurios... Sigue, que vas bien"

- Bueno... he tenido un lapsus. Ejem... A ver. Nació en el Mediterráneo, a caballo entre Europa y Africa... - "En éste caso es mejor que digas: En un lugar de los mares de cuyo nombre no quiero acordarme..." - Me gusta pero... creo que algo así ya está escrito y sería plagio. No quisiera empezar mi carrera de escritora con denuncias y pleitos por parte de quien escribiera eso... - "Por este lado puedes estar tranquila... Anda, sigue, Cervantes" - ¿Quién es ese? - "El que te pondrá una denuncia, atontada"

Estábamos tan embebidas en nuestra charla que no escuchamos el saludo de la Cotilla y por eso nos asustamos al verla aparecer en la salita. - ¡¡¡Cotilla ¿por dónde ha entrado?!!! - De momento por la puerta. Cuando obtenga el carnet de Bruja lo haré por la ventana. - ¿En serio? ¿Dónde hay que apuntarse?

- ¿Quién es esa Pascualita de la que hablábais?... ¡Calla! ¡No digáis nada. Lo sé! ¡¡¡La hija de Pascual!!!

Para rematar la faena, entró Geoooorge, anunciando que ya había colocado todas las garrafas de agua de mar en la despensa. - ¿Pero qué hacéis con ese agua si no se puede beber? - "Nos estamos acostumbrando a ella. Dentro de no tantos años, el agua potable será un bien escaso y si ya llevamos habituado el cuerpo al agua de mar, no tendremos problemas".

Nos miró como si no se fiara de la abuela. Después dio medida vuelta camino de la cocina y volvió con un vaso lleno de agua. Y delante de nosotras, se la bebió de un trago... Lleva casi una hora vomitando sin parar.

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