sábado, 6 de abril de 2019

¿Solucionado el problema de Pascualita?




- Abuela, no podemos seguir así. - "No, porque encontrarle un novio a Pascualita, me va a salir por un ojo de la cara" - Tenemos que pensar en algo para salir del atolladero. - "Hale, pues piensa tú que no tienes nada que hacer" - La abuela es así de espléndida.

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaaaaaaa! He hablado con los municipales para que vengan a fumigar el árbol de la calle. Debe haber orugas malignas o cosas peores. - ¿En nuestro árbol? - Sí. - ¿El que está bajo mi balcón? - Sí. - ¿El que se asoma a la ventana del comedor? -  ¡Sííííííííííí! ¡Calla ya, jodía! Sabes muy bien de qué árbol hablo. - Me gusta especificar para no llamarme a engaño, Cotilla. - ¡¡¡Vete a tomar viento!!!

Llamaron a la puerta. Eran los municipales que venían a echarle una ojeada al árbol desde mi balcón. - Súbanse a él. Es lo más lógico... - Hasta que no sepamos qué tiene, servidor no se sube allí ni harto de vino. - Pero si no hay nada. - ¿Y lo que le pasó a nuestro compañero Bedulio, qué? (jijijijijiji ¡no puedo acostumbrarme a ese nombre (dijo uno de los guardias) Tuvo que pelarse al cero y curarse las heridas durante unos cuantos días.

Emplearon MI escoba para apartar ramas y hojas a fin de poder ver entre los recovecos. A punto estuvieron de tirar al suelo alguno de los nidos de gorrión pero la abuela repartió pescozones a diestro y siniestro y se evitó la desgracia.

Antes de irse hubo un amago de amenaza: - Las denunciaremos por agresión a la autoridad. - "Y nosotras, a los Verdes ¿Qué te parece, Mariano?" - Yo que vosotros temería la reacción de mi primer abuelito. Su ánima es muy ecologista... - ¿Se refiere al... ¡glub! (tragó saliva) ... fantasma del que habla... Bedulio? - ¡El mismo!

No hubo nada más que hablar

Mientras nos tomábamos unos chinchones, la Cotilla recordó que había encontrado una caja llena de muñecos en el capó de un coche. - ¿Estaba cerrado? - Noooo, boba de Coria. Estaba abierto, y la caja abandonada allí dentro. - ¡Ha robado a una niña! - ¿Qué niña? allí no había ninguna.

Mientras hablaba vació su bolsa sobre la mesa del comedor. Entonces a la abuela se le encendió la bombilla. Casi se abalanzó sobre un muñeco Ken vestido de submarinista. - "¡Me lo quedo!" - Por ser tú te lo vendo por cincuenta euros. - "¡Caray! ¿Y si fuese para otra?" - Mucho menos pero tu eres rica y me aprovecho.

Se tiraron dos horas regateando pero la Cotilla se mantuvo firme y, al final, la abuela pagó. Después la echó de casa con cajas destempladas. - "¿Has visto qué suerte hemos tenido, nena? ¡Ya tenemos novio para Pascualita!"

En cuanto la sirena lo vió se lo llevó con ella al fondo del acuario y llevan tres horas metidos en el barco hundido...


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