martes, 23 de abril de 2019

El nuevo negocio de la Cotilla.



Hayyyyyy ¡que fríooooooo!. Terminaré por no ver la tele cuando den el Tiempo porque, mi subconsciente recoge toda la información, se la hace suya y si dicen que hará frío yo tengo más que nadie. Y si va a hacer calor, tres cuartos de lo mismo.

Así que estaba sentada en el sofá de la salita, con Pascualita en una mano y tapadas con una mantita, cuando he oído: - ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaaaa! - No me ha quedado otra que meter a la sirena en mi escote.

- ¡Toma! cinco euros y vas que chutas. - ¿A qué viene ésto? - Para que compres un nuevo acuario  y lo llenes de plantitas jajajajajaja ¡Mira que eres tonta! - ¡Ni en la tienda de los chinos del señor Li me venderán un acuario por cinco euros, Cotilla! - Te aconsejo que, en lugar de plantar algas y porquerías de esas, pongas perejil, te será más útil jajajajajajaja

Encima venía graciosa la puñetera. - Por cierto ¿no me digas que lo que has puesto encima del aparador, es el antiquísimo orinal de la Momia? solo de pensar en la de culos que se han sentado en él y la cantidad de "faenas" que se han hecho dentro, se me revuelven las tripas. - Le advierto que la familia de la Momia son de rancio abolengo.(dije, levantando un dedo y alzando la naríz) - ¡Encima "rancios"! (hizo como que iba a vomitar). - ¡¡¡COTILLA!!!

- He montado un nuevo negocio.... Te lo digo, no porque te importe, sino para que me mandes clientes. Leo las cartas... - ¿Las que mandan por correo? - No te hagas la tonta... Las del Tarot. - ¿Y qué sabe usted de eso? - ¡Muchísimo! Y se ganan unos buenos euros al cabo del día. - ¡Pues échemelas que ésta noche he tenido un sueño... - La sesión son treinta euros, aunque si son vecinas de tu abuela, la tarifa sube a los cien euros.

Le conté que había visto en sueños como una delicada figurita de mujer, llamaba a mi puerta y entraba... - ¿Y? - Ya está. Me ha dejado preocupada. - ¿Y qué quieres que haga con tan poca información, boba de Coria? - Usted sabrá que es la experta. -  ¡No eres más tonta porque no te entrenas! Además, no me has pagado. - Irá a cuenta del acuario que me rompió.

Justo en ese momento, Pascualita decidió cambiarse de sitio. ¡Nena, se te ha movido una tetaaaaaa! ¿Qué llevas ahí? - Nada. - ¡Aaaaah, se ha movido otra vez! ¿Seguro que no es una rata? - ¡Maldita seas, Pascualita, pensé!

La Cotilla, haciendo una cruz con los dedos, reculó hasta la puerta de la salita: - ¡Llama a Bedulio! Aaaaaaaag ¡que miedoooooo! - No se preocupe, suele ser mi primer abuelito que está de cachondeo. - ¡Peor me lo pones! ¡¡¡ME LARGOOOOOOO!!! - ¡No se olvide de comprarme el acuario, Cotillaaaaaa!

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