domingo, 21 de julio de 2019

Bichos extraordinarios.

Debo reconocer que, a pesar de mi vagancia supina, a veces me quito la ropa de prisa y corriendo. Entonces suele pasar que no he desabrochado un botón, con las prisas, y el cuello de la camisa o jersey, queda atascado en mi cabeza.

Estas cosas pasan, aunque ni la abuela ni la Cotilla lo reconocen. Ambas cosas me dan mucha rabia porque, a veces, pego un tirón a las bravas y, o bien me cargo la prenda, o el botón. Pero claro, ellas son PERFECTAS y NUNCA les ha pasado algo así.

Todo esto se lo estaba contando a Pascualita y a Pepe mientras preparaba albóndigas con tomate. Pepe, como siempre, me escuchaba atentamente, sin hacer comentarios ni bostezar sin ningún disimulo como hace la sirena, que no sé yo a qué colegio de "élite" la mandaron sus padres cuando todavía Egipto estaba en la Prehistoria.

- ¿Te parece aburrido lo que te cuento? Pues aplícate el cuento que a ti también te puede pasar. - Pascualita me miró con sus redondos ojos de pez. Sin un pestañeo, porque no tiene párpados la jodía... Ni Pepe ojos, ni lengua, ni cuerpo serrano que le sostenga la cabeza jivarizada tamaño llavero. - ¡Madre mía! Me estoy dando cuenta de que mi casa parece la Corte de los Milagros.

Y para rizar el rizo solo faltaba el Bicho Palo que, ni pía ni múge dentro de su jaulita para hansters. - A ver si ésto os interesa más. - La sirena conoce al Bicho Palo y más de una vez la he visto observándolo mientras se relamía mostrando sus dientecitos de tiburón.

- El pobre ha cambiado de camisa... ¿No tiene camisa? - Los labios de la sirena hicieron una pedorreta. - Quiero decir que ha cambiado de piel. La ha mudado porque se sentiría estrecho en ella. Pero ésta vez se ha pasado de frenada. ¡Se ha quitado la piel con cinco de sus seis patas dentro!

- Me recuerda al pobre chico desgraciado de la película "Y Jonnhy cogió su fusil". Ahora es solamente un cuerpo que levanta una patita para demostrarme que está vivo... Desde luego hace más que Pepe aunque éste lleve muerto vaya usted a saber cuánto.

-Tenemos que vigilar al Bicho Palo y ver si le crecen patas nuevas. Si fuera así, no sé si podría soportar tener ¡dos bichos muy especiales: una sirena auténtica y un insecto regenerador de sus extremidades! ¡¡¡NO PODRÉ DEJAR PASAR A NADIE A MI CASA!!! ¡¡¡VIVIRÉ AISLADA Y ME CONVERTIRÉ EN UNA VIEJA EXCENTRICA DE LA QUE LA HISTORIA CONTARÁ QUE ME CONVERTÍ EN GUARDIANA DE SERES EXCEPCIONALES!!!

- De ésta sí que me matará la abuela porque así ¿cómo voy a tener a su bisnieto? ¿Por generación expontánea... con el Bicho Palo?

No hay comentarios:

Publicar un comentario