viernes, 19 de julio de 2019

Mi "valiente" abuelito.

Han llamado a la puerta y, al abrirla, me he encontrado frente a un rubiales que me sonaba vagamente. - ¡Déjame pasar antes de que me vea alguien! - ¡Oiga! ¿A qué llamo a los municipales? - ¡Que soy yo, boba. Andresito!

El abuelito, por fin, tiene su peluca rubio platino. Está espectacular. Es verdad que no pasa desapercibido aunque, si no lo he conocido yo, menos lo harán los guardia civiles del aeropuerto. Por esto me ha animado a entregarle mis ahorros, para que me habrá una cuenta en el Paraíso fiscal al que vaya. - ¿No tienes nada más? Pues no pienso hacer el ridículo por cincuenta euros en calderilla.

¡Con lo que me ha costado juntarlos, va y los desprecia! Me ha dicho que me compre una hucha de barro de las de toda la vida. Pero a mi me gustan más las de figura de cerdito. - Pues bueno, pues vale, pues me alegro, boba de Coria... (no me he gustado el tonillo burlón del abuelito. La peluca le está cambiando el carácter...)

Se ha despedido de mi y ha partido rumbo al aeropuerto en el rolls royce. He salido al balcón con Pascualita, para que viera lo valiente que es mi abuelito cuando la abuela le aprieta las tuercas. En cuanto ha arrancado el coche, la sirena ha echo la señal de OK con sus deditos palmeados.

Al darme la vuelta me encontré con la Cotilla y di un brinco. - ¡¡¡COTILLA, QUE SUSTO!!! - No debes tener la conciencia muy tranquila... - Como la de mi primer abuelito... jejejejejeje ¿Y usted? - ¡Calla, mala pécora, que te va a oír!

Pascualita pasó,como en un juego de mágia, de mi mano a mi escote y la Cotilla, aturdida por el recuerdo de la nunca aclarada muerte de mi primer abuelito, a manos de las dos eternas amigas, no se dio cuenta de nada

A mediodía, mientras ella y yo compartíamos una lata de beans y unos huevos fritos (el plato preferido del "sibarita" Geoooorge), en la Noticias de la tele salió la peluca rubia de mi abuelito, más abultada que la del inventor de la idea: - ¿Ese no es...? - Andresito. Sí. - El locutor hablaba de la detención de un potentado cargado de euros hasta más arriba de las cejas. - ¡Seguro que saldrá en el Telediario!  ¡¡¡Será famoso en el mundo entero!!! (grité, entusiasmada) - Si, hija, sí. Pero no te entrenes más que, a tonta, ya no te gana nadie.


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