martes, 9 de julio de 2019

¡La que he liado!

La abuela ha aparecido, cámara de fotos en ristre, decidida a hacer "la madre de todas las fotos" en mi casa, o desde ella. Parece que ésto aún no lo tiene claro.

Se ha pasado más de una hora buscando "el mejor ángulo" para fotografiar un nido de gorriones del árbol de la calle; la Santa Cena que tengo sobre el aparador; el sofá de la salita; una copa llena de chinchón on the rock mientras una gota de agua corre por el cristal helado; la olla exprés llena de algas; el rellano de la escalera; la cabeza jivarizada de Pepe asomándose por el borde de la repisa de la cocina; el frutero; la ventana por la que suele salir disparada la sirena cuando la tiraba al acuario  y no atinaba; a mi, durmiendo la siesta con la boca abierta y la baba colgando; a Bedulio, desde el balcón, haciendo la ronda por mi calle...

Está llena de ideas, cosa que no me ocurre a mi, aunque, mejor así, porque no podría retratarlas. - "Así que la Cotilla vendió la cámara que te regalé" (soltó de buenas a primeras) - Eso me dijo la muy ladina. - "Menuda expresión medieval has soltado ¡así, cómo quieres encontrar novio!" - Es que soy muy refinada cuando quiero. Por cierto, regalame otra cámara, porfi. - "¿Para hacerme la competencia? ¿No te da vergüenza, boba de Coria?" - Así que piensas que yo podría ganar... - "¡¿YOOOOOOOOOOOOOOOOO?! Dios me libre de tamaña tontería. Lo digo porque no me llegas ni a la altura del betún y como fotógrafa, ni sabes, ni contestas jajajajajajajaja ¡Ilusa!"

Viendo que iba a quedarme sin concursar cambié de táctica y me arrimé al sol que más calienta: el abuelito. Le toqué la fibra sentimental: - ... es una ocasión magnífica para hacer algo bonito, codo con codo, con mi abuelita ¿no te parece? ...

Esta misma tarde Geoooorge aparcó el rolls royce en la parada del bus y me trajo un paquete que contenía una cámara de fotos último modelo ¡carísisisisisisisisima!

Y siguiendo su idea, fotografié todos los rincones de mi casa, olla exprés incluida.

Llevada por el entusiasmo le hice un extenso reportaje fotográfico a Pascualita. Con flasch, sin flasch, boca arriba, boca abajo, dando saltos mortales, enseñando los dientes, "sonriendo a la cámara", mordiendo la cámara, tirándo un chorrito de agua envenenada al objetivo...

Más tarde, sin haber dado ni una pequeña ojeada al librito de instrucciones, toqué cuanto botoncito vi. Quería mandar las fotos al concurso cuanto antes, borrando las de la sirena, por supuesto... Pero debí tocar lo que no debía y todo salió al revés... ¡Oh, nooooooo ¿Qué he hecho?

No hay comentarios:

Publicar un comentario