sábado, 20 de julio de 2019

¡Socorro!

En tromba ha entrado la abuela en casa. Menudo susto nos ha dado a Pepe, Pascualita y a mi que estábamos, tan ricamente, en la cocina hablando de nuestras cosas. - "¡No te da vergüenza! ¡No, claro que no. Si no tienes, jodía! ¡¡¡NO TIENES VERGÜENZAAAAAAAA!!!"

Su dedo índice se movía, frenético, ante mi cara acusándome de a saber de qué. Por si acaso y antes de que las cosas fueran a mayores, me acusé de todo lo imaginable: de la muerte de Kennedy; de la de Elvis; de la de Blanca Nieves; de haberme cargado al monstruo del Lago Ness; del deshielo de los Polos; de la subida de la Vivienda; incluso de la muerte, decapitación y reducción de la cabeza de Pepe. Por último y porque no se me ocurría nada más, de haber delatado al abuelito ante la guardia civil diciéndoles lo que escondía bajo su peluca... Pero nada la calmó. siguió apuntándome con el dedo mientras me ponía a parir.

Por fin cambió el disco y dijo ¡treinta y ocho! ¡¡¡TREINTA Y OCHOOOOOOOOO Y TU NI UN TRISTE BISNIETOOOOOO!!!

- Me rindo, abuela. No sé de qué me hablas. - Por la cara de Pascualita, ella tampoco la entendía. Saqué el chinchón y fue mano de santo. Eché un buen chorreón en la olla a presión y la sirena se tiró de cabeza al agua relamiéndose los labios.

Cuando la calma volvió, la abuela me contó que una mujer africana - "De tu edad debe ser..." - ha tenido ¡treinta y ocho hijos! Empezando a parir a los doce y teniendo partos de dos, tres y hasta cuatro bebés. - "¿Te das cuenta de que quién quiere, puede? Y a ti, a éste paso, se te pasará el arroz y no se habrá cumplido una de las mayores ilusiones de mi vida"

- Creí que estabas así por la detención de Andresito. - "¡Pero si se ha echo más famoso que el Avecrem desde que ha salido en la tele!" - Esposado. - "Y desposado. No se te olvide jejejejejejeje. Como cunda su ejemplo y los ricachones le imiten, le pediré una comisión a la tienda de las pelucas" - Sonó su móvil. - "¿Quién es?... ¡Que casualidad! Ahora estaba hablando de ustedes con mi nieta... ¿cómo?... ¿pero, por qué? ... ¿Una denuncia? Pero... pero... Vale, no diré nada pero creo que no tiene ni idea de la fuerza de una buena campaña de publicidad..." - Colgó y tiró el móvil contra el sofá, llena de rabia.

- "¿Te lo puedes creer, boba de Coria? La de las pelucas no quiere que demos su dirección, ni su nombre, ni nada de nada. ¿Te imaginas las ventas que perderá? y ya no digo nada de las comisiones que perderé yo ¡Valiente pajarraca! Y encima, dice que si no me callo, me denunciará ¡Anda y que la ondulen con la permanen, idiota!"


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