sábado, 11 de enero de 2020

Dichoso Mago.

La abuela se hace cruces porque dice que nunca pensó que yo pudiera ser más tonta de lo que ya soy, sin embargo, desde que un mago me hipnotizó ¡a través de la tele!, lo soy. No sé si enfadarme o enorgullecerme de ello porque, tal vez, pueda presentarme a un Concurso de tontos y ganar el Primer premio.

El caso es que mi vida ha cambiado desde entonces porque cogí un constipado de campeonato. Me pasé un buen rato dentro del acuario de Pascualita, creyendo que era la playa. Por lo visto el agua estaba helada y no templada como en verano. Y claro, como no lo distinguía, estuve tan ricamente. Ahora creo que denunciaré al mago porque me hipnotizó sin mi permiso y no gano para kleenex. Por lo menos que me los pague.

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaa! Aaaayyyy, que graciosa estabas el otro día chapoteando en ese trasto pensando que te ibas a Barcelona jajajajajajajaja ¡Todavía me duele el cuerpo de reírme! - Pues al mago se le va a congelar la risa cuando reciba mi denuncia. - Pobre hombre, ¿qué te ha hecho? - Constiparme... ¡atchís!... Y no gano para pañuelos de papel... ¡atchís!... - Por eso no te preocupes. Yo tengo. Te los pongo a mitad de precio. - ¡Atchís!... ¿me los va a cobrar? ¡Si todos los días come en mi casa por la patilla¡ - No hay que mezclar negocios con placer. Además, te los dejo baratitos, por invitarme a comer todos los días y porque algunos están un poquito usados. - ¡Que asco! - Tampoco hay que exagerar. Si fuesen nuevos no podría hacerte descuento.

Finalmente le compré unos paquetes porque había acabado los míos. Y encima, me ahorré unos euritos.

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