miércoles, 22 de enero de 2020

La pela es la pela.

La abuela tiene un enfado superlativo. Vamos, que si se enfada un poco más, explota. Por culpa de Andresito aunque él, jura y perjura, que no ha hecho nada.

Todo viene porque, cuando salieron por la tele las grandes olas que subieron más allá del cuarto piso de una finca, esa finca ¡NO ERA LA SUYA!

La miramos, perplejos, incluso mi primer abuelito quedó boquiabierto. - ¡Menos mal porque ahora, la Torre del Paseo Marítimo, estaría destrozada! - La única que abrió la boca fue la Momia defendiendo a su nuera: - Yo te entiendo, cariño. Tienes razón.

Como Geooorge se ocupaba de la cocina los demás nos sentamos en el comedor, al rededor de una botella de chinchón. - Y sí (siguió diciendo la bisabuelastra señalando a su hijo con un índice artrítico) Tú tienes la culpa.

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaa! Que poco rédito le sacan a la ola gigante los damnificados ¡Pardillos! Que pena que no fuera tu Torre ¡ahora nos estaríamos forrando! - "¡Y toda la culpa la tiene el cantamañanas de mi marido!"

Pascualita, que desde que la abuela está en casa, va todo el tiempo en plan broche, prendido en su solapa, para enterarse de todo, ha puesto cara de ¡Ya entiendo! Así que me ha tocado hacer lo mismo aunque... no sé de qué va la cosa.

Y la abuela estalló - "¡Solo a los politicos se les ocurre robar terreno al mar y meter, entremedias, hoteles, edificios, más hoteles, más edificios, un montón de carriles para los coches, paseos, aceras y pantalanes entre el mar nuestra Torre ¡¿Cómo demonios va a poder entrar por nuestras ventanas? ¡Es imposible!..." - Yo no estaba..., No era político entonces... No es culpa mía... (se defendía Andresito)

Pero ella no lo escuchaba. - "¡Televisiones del mundo entero nos pagarían fortunas para escuchar nuestra "desgracia" Y podría lucir palmito vestida de Chanel con plumas de marabú. Seríamos portada de revistas famosísimas... ¿Te das cuenta del negocio que hemos perdido? ¡¡¡NO VUELVAS A HABLARME DE POLITICAAAAAA!!! - Pero... ¡¡¡AAAAAAAAAAAAYYYYYYYYY!!! - El grito del abuelito fue desgarrador.

Pascualita había saltado en defensa de su amiga y dejó al pobre Andresito hecho un Cristo. Con heridas y moratones que se hincharon hasta límites insospechados convirtiéndolo en un adefesio extraterrestre... por lo menos.

Ayudadas por el chinchón que corría de copa en copa más deprisa que un torrente desbordado, las dos amigas saltaban, reían, aplaudían... - ¡Nena, llama a los medios de comunicación y que traigan las cámaras. Di que hemos encontrado, colgado del árbol de la calle, a un marciano! ¡¡¡NOS VAMOS A FORRAR!!!

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