lunes, 13 de enero de 2020

El padre del bisnieto de mi abuela ¿un bombero de calendariio?

Desde que tengo el gran acuario en casa me baño más. Lo lleno de agua caliente, meto a Pascualita en el termo de los chinos para que no me muerda y me paso allí dentro un buen rato.

Cuando se lo conté a la abuela me prohibió que siguiera haciéndolo. - "¡Aaaaahg, que asco! Solo de pensar que la sirena tiene que vivir en agua sucia se me pone la piel de gallina." - Sucia no, abuela. No uso jabón y el agua es de mar. - "¡¿Y qué?! ¿Te gustaría que ella se bañara en tu bañera e hiciera allí sus urgencias fisiológicas?" - ¡Que dices! No hago nada de eso. - "¿Y me lo tengo que creer?" - ¡¡¡ABUELAAAAAA!!!

A la Cotilla, que no estaba en casa cuando tuvimos ésta discusión la abuela y yo,  la encontré un día dentro del acuario cuando volví de un recado. Me había llevado a Pascualita en el termo de los chinos y eso salvó a la vecina de recibir su merecido. - ¡¡¡¿QUE DEMONIOS HACE, COTILLA?!!! - ¡Jopé, que susto me has dado, jodía! con lo relajada que estaba yo... He oído que es bueno darse baños con algas... qué quieres que te diga. No me siento ni mejor ni peor... - ¡¡¡¿Qué ha hecho?!!!

Todo la flora marítima estaba arrasada porque la había usado colocándosela por todo el cuerpo. ¡Y había usado champú! Aquello fue superior a mi y, sin pensar lo que hacía, metí a Pascualita en el agua.

No le gustó a la  medio sardina que le alteraran su ecosistema. Ni que arrinconaran a su querido barco hundido y atacó... en el momento en que la Cotilla salía del agua como Dios la trajo al mundo, por lo que la sirena solo tuvo tiempo de morderle el dedo meñique del pie derecho.

Después de los alaridos primeros, la puerta de la calle fue aporreada por los vecinos empeñados en ayudarme. - ¡No te preocupes, hemos llamado a los BOMBEROS! - Mágica palabra porque, a partir de ahí, solo tuve ilusión por ver si eran los del calendario. - ¡Que lo sean, porfi, que lo sean. Oh, Señor, nunca te pido nada pero ahora sí. Que entre ellos esté el futuro padre del bisnieto de mi abuela, porfi, porfi, PORFIIII..

La Cotilla llora como una Magdalena: ¿Dónde voy a encontrar zapatos para meter semejante meñiqueeeeee... ¡snif! ¡snif!? .- No sé donde se ha metido Pascualita. La he visto reptar camino del balcón... Puede que haya caído a la calle o puede que no... ¡¡¡Aaaaayyyy, ya oígo la sirena del coche de bomberooooooossssss. Que ilusión, que ilusióóóóóóóón!!! (grité. Y añadí) Y a esas dos ¡¡¡QUE LES VAYAN DANDO!!!


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