jueves, 23 de enero de 2020

¿Qué demonios hace Pascualita?






- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaa! - ¿Se queda a comer, Cotilla? - Pues vaya abriendo el bote de pollo al ajillo. - ¿Yoooooooooooooooooooo? ¿Encima que hago el sacrificio de venir? - Pues a mi me da pereza ¡Quiero un mayordomo inglés como tiene la abuelaaaaaaa! - Habérselo pedido a los Reyes Magos, boba de Coria.

Que rápido me acostumbro a lo bueno. Los abuelitos apenas han estado dos días en mi casa y ya me he acostumbrado a que me lo den todo hecho por Geoooorge, hasta el chinchón on the rocks.

Al final hemos tirado una moneda al aire. Ha ganado la Cotilla y no me ha quedado otra que abrir yo la lata...¡Menuda lata!

La Cotilla está contenta. - Gracias a Gloria me he sacado un jornalito "limpiando" los capillos de las iglesias. - ¿Quién es Gloria? ¿Una compañera de trapicheo? - ¿Para qué miras la tele si no te enteras de nada? - ¡¿Cómo que no?! Sé que la Esteban tuvo un hijo con un torero. - ¡Una hija! - ¿También? ah, pues ésto me lo he perdido.

- Gloria es la tempestad de éstos días y son muchos los que rezan a Santa Bárbara y meten alguna moneda en los cepillos. - ¿Dónde tengo que apuntarme para que le pongan mi nombre a otra tormenta? - En casa del maestro armero. - ¿Tiene su dirección? - ¡Claro! Te llegas al Puerto y cuando estés frente al mar sigue recto. 

Llamaron a la puerta y la Cotilla se metió debajo de la camilla. - Dile a tu vecina que salga (me ordenó un Bedulio muy desmejorado) - Se ha escondido. - La espero aquí. - Pero pasa, hombre... - No quiero. - Venga... - ¡Que no!

El poco color de su cara desapareció cuando vio a mi primer abuelito, subido a la lámpara de la entrada, saludándolo con la mano. Tiró el papel que traía y corrió escaleras abajo como si el abuelito le persiguiera pero, no. Siguió tan pancho... ¡¡¡¿TAL VEZ PORQUE PASCUALITA ESTABA CON ÉL?!!! - Ahora el patatús me dio a mi.


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