sábado, 2 de mayo de 2020

49º día de confinamiento...

¡Por fin ha llegado el día en que los abuelos pueden salir a la calle a pasear! Afortunadamente los míos están en su Torre del Paseo Marítimo pero Geoooorge, que parece estar hasta el moño británico, me ha contado el escándalo con el que ha amanecido aquella casa.

- Madame Momia tocar bubucela a las cinco de la madrugada. Después tomar oxígeno y empezar otra vez. Mi despertar con susto. - ¿De dónde ha sacado la bubucela? - Decir que regalar a ella, mister Mandela. - ¿Ah, sí? ¿Por qué? - Porque dormir juntos y ser bueno jijijijijiji... eso decir madame Momia. - Geoooorge ¿no te has pasado con el chinchón? ¿Dónde se vio mi bisabuelastra con Mandela? - Mi no saber. Mayordomo inglés no ser cotillo.

- ¿Qué más ha pasado hoy, Geooorge? - Señor guardia multar a madame abuela tuya. Salir a la calle sola. - ¿Y los demás? - No juntar con ella. Vergüenza. - ¿Ella se avergonzaba de vosotros? - Nooo. Mister Andresito, madame Momia, señora Cotilla and mi.

Ya me estaba poniendo de los nervios el jodío mayordomo y le pedí que abreviara. Se puso nerviosos y no daba pie con bola. Me costó entenderlo pero lo logré: la abuela salió dispuesta a comerse el mundo. Quería ser la primera abuela de España en poner el pie en la calle, por eso en lugar de hacerlo cuando tocaba, lo hizo media hora antes y justo en la acera de enfrente de su casa había un guardia.

Al verla le dijo que ya no podía salir. - "¡Cómo que no?! - No, guapa. Era esta mañana, de seis a diez para hacer deporte. Lo siento por ti porque te has pertrechado muy bien, con calienta piernas y todo (le dijo el guardia) - Es que madame llevar moño con pompones de colores. Minifalda, bragas (perdón) con puntillas y pintada como una puerta... - Mandé callar a Geooorge, no quería avergonzarlo más.

La abuela, que se dio cuenta de que la había confundido con alguien mucho más joven, se hinchó como un pavo y le tiró los tejos al pobre hombre. Al principio el guardia no se dio cuenta pero cuando el sol dejó de pegarle en los ojos, se descubrió el pastel y le ha puesto una multa de mil euros por reírse de la autoridad.

Ay, Pascualita, que bien hemos hecho quedándonos en casa... ¿quiéres más chinchón?


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