sábado, 23 de mayo de 2020

70 días de Estado de Alarma.

Era todo un espectáculo ver como crecían las diminutas y frágiles piernecillas salidas del cuello de Pepe. El desarrollo duro tres días. Al final midieron cinco centímetros. Estaba tan ansiosa por ver que pinta acababa teniendo la cabeza jivarizada que, para incentivar el crecimiento, regué varias veces, durante esos tres días, al llavero.

La abuela me llamaba cada dos por tres. - "¿Le han crecido más?" - Parece que sí pero como no coja una lupa no te lo puedo confirmar. - "¡Pues cógela, boba de Coria!" - No tengo ninguna. - Un cuarto de hora después vino Geoooorge a casa y me entregó una lupa. - Madame decir que no estropear... - ¡Ya lo sé! - Decir también que tu ser manazas... - ¿Yoooooo? ¡Ja! - Lupa ser de mister Andesitou. Heredada de su padre quien heredó de abuelo, quien la heredó de bisabuelo, quien herd... - ¡Calla ya, jodío, o me recitarás todo el árbol genealógico! ¡Dáme la lupa ya, coñe!

Y fue gracias a la lupa, mil veces heredada por los hombres de la familia de mi segundo abuelito, que me permitió ver crecer, muy lentamente eso sí, aquellas finas paturrias a las que les fueron saliendo los pies correspondientes ¡enormes!. Cada uno medía un palmo mío.

Yo iba de sorpresa en sorpresa. ¿De verdad Pepe era así en vida?... Quizás trabajaba como fenómeno de Feria. No era para menos.

La abuela está loca por venir a verlo pero el abuelito ha prohibido a las mujeres de su casa, salir a la calle. Estamos finalizando el Estado a Alarma y no está dispuesto a que, o bien su madre, la Momia, o bien su mujer, se contagien de coronavirus... y la palme él.

Me tiene dicho la abuela que la llame si ocurre algo más. Y eso he hecho ésta tarde: ¡llamarla!

- "¿Qué ocurre? ¿Te has cargado la lupa?" - Que nooooo... Es que hay novedades en torno a Pepe. ¡Le están saliendo cuernos como a los caracoles! - "¡Mándame fotooooooos!" - Mañana. Ahora solo se ven con la lupa... ¡Caray, abuela, esto se merece un brindis! Es lo que vamos a hacer, ahora mismo, Pascualita y yo. Por cierto, la tengo metida en la vieja jaula del canario para que no se lance sobre Pepe y se lo coma. ¡Venga Pascualita, a brindar otra vez!... ¿Cómo se diceeee? - Y la sirena soltó un fuerte ¡¡¡HIP!!!

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