jueves, 21 de mayo de 2020

68 días de confinamiento.

He puesto un trapo de cocina sobre Pepe para no sentir como el ojo recién nacido, me sigue a todas partes. ¿Y por qué uno y no dos? me pregunto. Tengo que hablar con el señor Li para que me informe si ésto es un fenómeno que les sucede a todas las cabezas jivarizadas o solamente a Pepe.

He ido varias veces a la tienda de los chinos y siempre está cerrada... - Es por el coronavirus - me dice una vecina. - Dicen que tienen miedo al contagio porque aquí hacemos un poco lo que nos da la gana. - ¡Pero, bueno... ! Naturalmente.

La vecina ha estado de acuerdo conmigo. Finalmente el señor Li ha abierto su tienda. - ¡Ya era hora que abriera! - Yo no estal tlanquilo. - ¿Por qué? ¿No ve que días más guapos hace? - ¿Tu il a paseal polque hacel sol? - ¡Claro! Hay que aprovecharlo. No va a ser solo para los turistas, hombre. - ¡Tu fuela de aquí!

Me ha costado poder hablar con él. - Es solo una pregunta, señor Li. - Pelo ilte más lejos, boba de Colia. - Para que estuviese tranquilo me he ido a la acera de enfrente y, a gritos, le he contado lo de Pepe. - ¡¿Qué decil? ¡Tú sel loca! - ¡Oiga, sin faltar, eh! Si no me cree, ahora mismo voy a buscar el llavero y se lo enseño. - ¡¡¡NOOOOOOOOOOOOOO!!! ... Yo cleel a ti...Tu tenel vilus. - ¿Qué es eso de vilus? - El colonavilus. - Yo no pero tal vez lo tenga Pepe... ¡Ahora se lo traigo!

Cuando volví la tienda estaba cerrada a cal y canto. Por la tarde me llamó la abuela. - "A ver, nena, ¡oído cocina! El señor Li me ha pedido que te dijera que NO VUELVAS POR SU TIENDA O TENDREMOS UN CONFLICTO ENTRE LA REPUBLICA POPULAR CHINA Y ESPAÑA ¡POR TU CULPA!"

- ¿Qué he hecho yo? - "Según me ha dicho el señor Li, has querido contagiarle el coronavirus de las narices, mediante un llavero." - ¡Pero si es Pepe! ¿Te he contado que le ha salido un ojo, abuela? - "¡No! ¿Y eso?" - Eso es lo que he ido a preguntar a la tienda de los chinos. - "¿Y solo un ojo?" - Es raro, ¿no? - "Y que lo digas"...

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