domingo, 10 de mayo de 2020

57º días de confinamiento.

Cuando conté a los abuelitos que había puesto el Belén, en lugar de ponerme de inútil para arriba, me dijeron que no podía haber hecho nada mejor. - Ay, nena, se nota que te estás haciendo mayor (dijo Andresito) porque con el tiempo tan raro que nos está tocando vivir, la gente se olvida hasta del día que es hoy y tú te has acordado. Estoy muy orgulloso de ti... ¿Has puesto también el árbol? - La Cotilla no encontró ninguno en sus lugares de trapicheo, abuelito. - Ah, pues esto quiere decir que hay más gente que ha recordado que es Navidad.

Media hora después entraron en casa con guantes y mascarilla. - ¿Qué hacéis aquí? - "Venimos a cantar villancicos y traemos turrón que nos sobró de la Navidad pasada"

Me puse a Pascualita en plan broche y canté con los abuelitos hasta que la abuela se arrancó la mascarilla. - "¡Me ahogooooo! El coronavirus ha cambiado hasta el tiempo ¡No recuerdo ningún año con tanto calor como hace ahora en diciembre!" - Es el cambio climático del que se reía tu querido presiente Aznar, abuelito.

Al mentarle al opersonaje, el abuelito, tieso como una vela, se cuadró y murmuró pesaroso, - Un fallo lo tiene cualquiera, nena...

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaaa! ¿Hay reunión familiar? - "Para celebrar la Navidad" - ¿Otra vez? Solo hace cinco meses que pasó.

Todos quedamos en suspenso mientras nuestras mentes ponían en marcha sus neuronas a mil por hora. A todo esto, Pascualita, divertida, hacía la señal de OK sin que nadie se diera cuenta, pensando como estaban.

Poco después los abuelitos salieron de casa a paso de carga: - "¡¡¡Y NO ERES MÁS TONTA PORQUE NO TE ENTRENAS, BOBA DE CORIA!!! Ya decía yo que con éste calor no me parecía Navidad.

Cuando el rolls royce arrancó aún estaba yo, asomada al balcón, gritando: ¡La culpa del despiste es de la Cuarentenaaaaaaaaaaaaaaaaa!

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