jueves, 27 de agosto de 2020

La Cotilla.

 He puesto a Pepe en el balcón, encima de un banquito, para que espíe lo que pasa por el barrio y luego me lo cuente. Así tendré información de primera mano, antes que la Cotilla.

Durante un rato he observado como "trabaja" el llavero jibarizado. El ojo-catalejo se mueve muy lentamente para acabar abarcando un buen tramo de la calle. He visto discusiones entre vecinas con mascarilla y otras sin, o porque fumaba alguien en la calle, o porque... en fin, un montón de cosas pero Pepe no ha hecho ningún comentario al respecto.

- Aquí hay un fallo (me he dicho) la Cotilla ya me hubiera dado pelos y señales de todo bicho viviente que se peleara... Hasta que caí en la cuenta de que el pobre Pepe sigue sin cuerdas vocales y no puede expresarse. ¡Valiente espía me he buscado! 

De repente soltó su: - OOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO - y cesaron las dicusiones callejeras. Todo el mundo miró hacia el balcón. Me veían a mi, no al llavero - ¿Qué pasa? ¡Mundo escándalo! ¡Calla ya, boba de Coria! - ¡¡¡NO SOY YO!!! - Pero el corte de mangas que me dedicó uno de los vecinos me dio a entender que no me creían. ¡Y Pepe no se callaba!. Este, cuando coje carrerilla no hay quién lo pare. 

Lo tapé con el cubo de fregar y seguía oyéndose aunque era más soportable. - Solo le faltaba a la tonta esa, ponerse  gritar (los vecinos seguían a lo suyo)  ¡A ver si te buscas un novio y le das la lata a él, atontá, que nos tienes hartos!

Fue mentarlo y sonar el teléfono. - "Nena ¿qué es eso de que vas a hacer tatarabuelastra a la Momia?" - No, no... - "¡Que no me entere yo que me pasa delante!" - Fue un comentario que hizo ella... - "Pues la Cotilla me lo ha contado de otra manera" - Pero, si no estaba delante... - "¡Que cruz tengo contigo!"

 


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