miércoles, 28 de octubre de 2020

2020.

 Lo primero que hago cuando me levanto es mirar el calendario para ver si adivino en qué día estamos. Luego pongo la radio para ratificar si tengo razón o no. Casi nunca la tengo por eso, cuando acierto, lo celebro con Pascualita y Pepe el jibarizado (con él, desde que tiene el ojo-catalejo y pone la boca en forma de O porque me parece más persona que antes)

Hecho un buen chorreón de chinchón en el acuario y le doy gotitas a la cabeza-llavero. Al principio ni se inmutaba pero, poco a poco, no deja escapar ninguna gota. Se está espabilando.

Pero esta mañana se ha roto la costumbre porque, en la cocina, no estaba el calendario. ¿Dónde lo puse? Que yo sepa, ayer no lo toqué... - ¡Abuelitooooo, baja de la lámpara y devuelve el calendario. - Telepáticamente, me dijo. - ¿Para que quiero yo eso? - ¿Para fastidiarme? - Pero si eres mi nieta favorita... - Buenooooo, vaaaaaale... Y ya que estás allí arriba ¿por que no le quitas el polvo a la lámpara? - De repente, estalló una bombilla. - ¡Déjalo!

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaaa! Toma, un euro. - ¡Vaya, Cotilla! ¿Por qué? - Porque soy una persona generosa. - ¿Desde cuándo? - Se dice gracias, boba de Coria. - Por cierto ¿no habrá visto usted el calendario de la cocina? - Pues... No.

La vecina se metió mano al sostén, del que sacó un pañuelo con forma de hatillo cerrado con un nudo. Lo abrió y me dio ¡otro euro! - Si tuviese a mano el calendario marcaría éste día con una equis ¿A qué viene ésta generosidad? - Por toda respuesta, se guardó el atillo en el sostén y salió de casa a paso de carga.

Poco después llamaron a la puerta. Era Bedulio que venía en plan Municipal. - ¿Cuántos calendarios tienes? - ¡Ninguno!... Espera: ¡Abuelitoooooo! ¿tienes algún cal...? - Bedulio salió dando un portazo mientras murmuraba: - La próxima vez traigo la pistola...

El Telediario se abrió con la siguiente noticia: - ¡Están desapareciendo los calendarios de las casas españolas! La policía no sabe a qué atenerse. Un rumor se extiende como el aceite: Algunos coleccionistas anónimos y riquísimos, los acaparan para ver quién será el dueño de la mayor cantidad de calendarios del maldito año, 2020 y están pagando miles de euros por cada ejemplar.

Salí al balcón y grité: - ¡¡¡COTILLAAAAA. LA MADRE QUE LA PARIOOOOOO!!!

No hay comentarios:

Publicar un comentario