jueves, 8 de octubre de 2020

Salió el tema tabú.

 La Momia ganó el concurso de El Funeral. Estaba segura de que ganaría porque, después de Matusalem, es la persona más longeva que ha habido y hay. Y recibí toooooodas las bragas, usadas, de la abuela. Eso sí, metidas en una caja envuelta en papel charol y atada con un gran lazo verde fosfi.

Una vez pasada la alegría del premio y de haber disfrutado, Andresito y ella, de tangas, picadías y demás lencería erótico-festiva, la abuela ha vuelto a la carga con más contundencia si cabe.

- "Mira, nena, Andresito y yo nos hemos demostrado éstos días que, como amantes, seguimos mereciendo un diez, por eso hemos decidido darte un plazo razonable para que, de una vez por todas, tengas a mi bisnieto" - ¿Cuánto tiempo? - "Un mes" - ¡Eso es imposible! ¡Me estás presionando! ¿Quiéres que tenga un bisnieto estresado?... - "Una vez cumplido el plazo sin resultado..." - ¿Qué pasará? ¿Le pasarás la pelota a la Cotilla? jajajajajaja - "Me inseminaré"

A través del teléfono me pareció escuchar unas risas ahogadas ¿Geooooorge?. En cambio yo no estaba para risas porque veía alejarse la Torre del Paseo Marítimo de mis garras.

- ¡¿Tú?!... no puedes... - "Perfectamente" - Porque... se te ha pasado el arroz, abuela. - "Ya he hablado con el médico" - ¡Te engaña! - "Es una eminencia" - ¡Es un Juan Lanas! - "Por supuesto Andresito será el donante y tendremos un hijo-bisnieto totalmente nuestro" 

Traté de razonar con ella. - Piensa que una mujer... estoooo... Como tú, vamos... no puede parir. ¡No podrás! - "Por cesárea. Saldré en todos los informativos, escritos, radiados, televisados. Encargaré saltos de cama a Christian Dior y cobraremos una pasta gansa por la exclusiva" 

Me desesperaba pero no me atrevía a tocar el espinoso tema hasta que no pude más. - ¡Nunca! ¡Jamás! Una mujer CENTENARIA no puede ser madre. Hubo un silencio. La olla exprés en que se acaba de convertir el cerebro de la abuela había empezado a pitar y amenazaba con explotar arrasándolo todo. - ¿Abuela?... ¡ABUELA!... ¡¡¡ABUELAAAAAAA!!!

Cuando, diez minutos después, el rolls royce aparcó, de mala manera, en la parada del bus yo lo vi escondida entre las ramas del árbol de la calle y no pude volver a casa hasta el día siguiente que fue cuando la abuela decidió marcharse.



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