La Cotilla no deja de preguntarse qué fue lo que le puso la nariz como el Peñón de Gibraltar. - Que más da, mujer. La cuestión es que ya vuelve a tenerla bien... - ¡Eso es lo que me cabrea! Ahora nadie quiere hacerse una foto conmigo, con lo bien que me iban aquellas propinas que me daban luego. - (¡Que rabia me da que me lo recuerde!)
De repente ocurrió un milagro que me cogió desprevenida y por poco me caigo de culo. - Debo reconocer, boba de Coria, que te has portado muy bien conmigo... - ¡¿Eh?!... ¿qué...? - Justo es reconocerlo y quiero tener un detalle contigo. - ¡¡¡OSTRAS!!! - Te invitaré a comer.
- ¿A una marisquería del Puerto? - Sigo siendo una pobre jubilada que no llega a fin de mes... jejejejejeje - No se minusvalore, Cotilla. Debe ganar más que un ministro con la cantidad de trapicheos que se trae: que si cepillos de iglesias, que si negocios de ésto, de aquello y de más allá... - ¡Schist, calla! a ver si te va a oír Hacienda.
Salió de casa dejándome alucinada. - ¿A qué hora vendrá a buscarme? - Comeremos aquí, que hay mucho virus suelto. - Vaya...
Salí a hacer unos recados y al volver y abrir la puerta, me sacudió, violentamente, una peste a pescado que me tiró para atrás. Tampoco mi primer abuelito se escapó de olerlo - Pensé que los fantasmas no tenían olfato. - También yo ¡Puf!
En la cocina había una caja de pescado en no muy buen estado. Y encima, una nota: límpialo.
Incluso Pepe el jibarizado parecía poner peor cara de la que tiene. Ni siquiera se atrevía a decir OOOOOO para que no le entrara la peste en la boca.
Por el rabillo del ojo vi como Pascualita, reptando, se acercaba rápidamente al fregadero. La subí y se lanzó sobre la caja.No me dio tiempo a nada. En un pispás mordió, desgarró y engulló pescado hasta quedar ahíta. El resto estaba destrozado. Hecho picadillo.
- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaaaa! ¿Has visto lo que he traído? - ¿De dónde ha sacado esa caja? - Me la he encontrado en la acera. Hay que ver lo despistada que llega a ser la gente... - ¿Al lado de un contenedor de basura? - ¡¿Cómo lo sabes?! - ¡PORQUE EL PESCADO ESTÁ PASADO!
Ofendidísima, en un arrebato cogió la caja y se largó mientras gritaba al mundo entero: ¡El pescado está pasado, dice! ¡PUES BIEN QUE TE HAS COMIDO LO QUE FALTA, BOBA DE CORIA!
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