sábado, 20 de marzo de 2021

Despistados.

 Cuando ésta mañana he visto las montañas blancas me he sentido acompañada: ¡la Primavera es tan despistada como yo! Me he preparado un chinchón on the rock, he salido al balcón y alzado la copa mientras gritaba: - ¡Bienvenida al Club, Primavera!

Algunos vecinos me han afeado que beba en público a horas en que los críos pueden verme. Otro decía: ¡Invita, tía, que es malo beber sola! - Reconozco que a éste lo he examinado con más detenimiento desde lo alto de mi atalaya, por si me servía para lo del bisnieto pero el árbol de la calle, tiritando de frío, no me lo ha aconsejado: - Con éste se te iría el sueldo en botellas de chinchón y no lo catarías. 

Menos mal que el árbol es un buen amigo porque al gachó, entre anorak, mascarilla, gafas de sol y gorra, más que verlo he tenido que adivinarlo. 

Antes de poder entrar en casa, salió volando como una exhalación el ánima de mi primer abuelito: - ¿A dónde vas con éste temporal? - ¡¡¡A que me mojen las aguas de abril!!! 

¡Qué maravilla! también las ánimas se despistan. Me faltó el canto de un duro para decirle que el agua que caía era de marzo pero me pudo la ternura: ¡Ya sé a quién salgo!

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