miércoles, 17 de marzo de 2021

La boquilla.

 La abuela ha venido a casa. - "Te traigo un regalo" - ¿Es mi santo? - "No" - ¿Entonces...? - "¿Desde cuando una abuela necesita una razón para hacer un regalo a su nieta?"

No podía creer lo que oía. Hasta Pascualita saltó del acuario al aparador y de allí a la mesa del comedor para no poderse un acto tan inusual en esta casa.

Del bolso de la abuela salió un hermoso estuche alargado, con incrustaciones de marfil formando arabescos sobre la madera de ébano. - ¿Una caja? - La abuela levantó una ceja (malo) y yo cerré la boca, luego abrí la caja. Pero lo que vi me desconcertó: - ¿Una flautita? - "¡Cada día eres más tontita!"

Después de ponerme a caer de un burro, me informó: - "Es una boquilla antigua..." - ¿Para? - "¡Fumar! Que cruz tengo contigo... La compró Andresito en la subasta de un anticuario" - Pero... yo no fumo... - "Con ésta boquilla puedes hacerlo. Es tan bonita que no puede causar ningún mal" - Fuma tú... (pasó de mi) Perteneció a Mata Hari." - Ah. - "¿Eso es todo?" - ¿Una amiga tuya?

Llamó a Geooorge: - "¡Deja abierta la puerta del rolls royce y, en cuanto llegue, sales disparado. Ya no aguanto más!" - Y corrió escaleras abajo.

- ¡Avemariapurísimaaaaaaaaaaaaaaaa! - ¡Anda, que boquilla tan bonita! - Era de una amiga de la abuela venida a menos. - ¿Qué amiga? - Pues... hummm... Mataalgo creo que ha dicho. 

La voz de mi primer abuelito llegó nítida a mi cerebro. - Tu abuela quiere que la uses para saber si la boquilla está envenenada. Como Mata Hari era una espía doble... 

Como escarpias se me puso el vello. - ¿Estás seguro de lo que dices? - ¡Clarinete! - ¡La madre que la parió! (grité mientras Pascualita mostraba su sonrisa más siniestra y hacía la señal de OK)

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