domingo, 7 de marzo de 2021

El futurible.

 No soy rencorosa, nooooooo, pero me lo he pasado muy bien metiendo montones de hojas secas en la boca del árbol de la calle. ¡Lo que me he reído cuando se ha atragantado! Y encima se ha enfadado ¡vaya por Dios! Otro que tiene la pielecita muy fina.

Bedulio me ha parado cuando me iba a trabajar. - Toma, una multa por tirar porquería dentro del tronco de ese árbol. - ¿Una multa por eso? - Es una multa ecológica. - Pero si eran sus propias hojas. - A mi que me registren, boba de Coria. Cumplo con mi deber.

Y dejando caer el papelito dentro de mi bolsa, siguió su camino encantado de la vida desde que le ha nombrado policía de barrio. - Pues si que me ha salido cara la broma (me quejé)

Al volver a casa la puerta del portal se rió a mis espaldas. - ¿Pasa algo? (no lo dije en el mejor de los tonos) - Doña Cotilla está encendiendo velas jijijijijijiji ¡que mujer, ésta! - Subí los escalones de tres en tres y al entrar en casa un resplandor trémulo que salía de la salita me confirmó la noticia. - ¡Cotilla, va a prender fuego el día menos pensado!

Un suave aleteo hizo que levantara la vista hacia la lámpara del comedor. La mariposa blanca revoloteaba en derredor de mi primer abuelito. - ¿Qué hace ésta aquí? (pregunté) - Se ha enamorado de mi. - ¡Menuda pareja hacéis! - ¿Perdooooona? No hables sobre lo que no puedo contestarte hasta que me presentes a tu pareja, entonces podré calibrar al especímen y juzgar. - ¡¿A quién estás llamando ESPECIMEN?! ¿No será a mi futurible novio? - A ese me refería... - ¿Quién eres tú para denigrarlo así cuando él no te ha hecho nada? - Hablaba en sentido figurado, nena... - ¡Ni nena, ni leches! ¡¿Crees que es plato de buen gusto que insulten a tu futura pareja?! - No te pongas así... Ha sido una manera de hablar... - ¡Me pongo así porque quiero! Solo faltaría que no pudiera ponerme como me de la gana ¡haciendo el pino puente, por ejemplo!

Y la discusión siguió y siguió hasta que la mariposa, harta de escucharnos, desplegó sus alas y fue a posarse sobre la bolsa del dinero del Judas de la Santa Cena. Cosa que me enervó y grité a mi abuelito señalando a la mariposa, en plan reproche: - Y encima, ¡¡¡PESETERA!!!

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